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Collboni carga con dureza y desokupa «Antiga Massana»

El Ayuntamiento ha ordenado el desalojo del recinto, rebautizado como "Antiga Massana" por los okupas

Crece la expectación ante el desalojo de Casa Orsola
Mossos y Guardia Urbana en un desalojo./ X.

Bajo las directrices de Collboni y el Ayuntamiento de Barcelona, Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra han procedido hoy al desalojo la antigua escuela Massana, ubicada en el centro del Raval. El espacio, invadido y rebautizado como «Antiga Massana», llevaba cinco años okupado por diversos «colectivos sociales», que disponian ilegalmente del inmueble para el desarrolllo de sus actividades.

La operación se ha realizado en cumplimiento de una orden del Juzgado Contencioso-Administrativo número 17 de Barcelona, y ha generando una fuerte tensión ante la negativa de los ocupantes de abandonar el recinto. Las fuerzas de orden y seguridad han dispuesto de un fuerte operativo policial para expulsar al creciente número de manifestantes que pretendían oponerse entre ellos y el recinto. Finalmente, la policia se ha superpuesto a la turba y el edifico ha sido desalojado.

Reacción en redes

La contundencia de la actuación policial ha propiciado un sonado debate en redes. Los defensores de la okupación de «Antiga Massana» acusan a Guardia Urbana y Mossos de haberse excedido en su intervención, compartiendo en redes vídeos e imágenes que, a su criterio, muestran la «brutalidad» con la que las fuerzas del orden han acometido. En esta línea, Jessica Albiach y otros políticos cercanos a su espacio ideológico han afeado la actuación, calificándola de «innecesaria» y señalando una «falta de diálogo» entre ambas partes.

Por su parte, el Collboni y el Ayuntamiento defienden que el desalojo responde a la necesidad de recuperar un espacio público y cumplir con la legalidad. Aseguran que la actuación policial se ha ceñido a los estándares de proporcionalidad y han recordado que el recinto se encontraba ocupado de manera ilegal. Esta postura ha encontrado también a sus defensores, con un número creciente de usuarios expresando su hartazgo ante la aparente impunidad con qué los okupas invaden espacios que no les pertenecen en favor de sus «causas sociales».

En general, la tónica del debate muestra dos sectores muy divididos. Sin una clara opinión hegemónica, el desalojo de «Antiga Massana» ha dado mucho de qué hablar, poniendo de manifiesto el creciente malestar y tensiones que las okupaciones ilegales generan en la población. Por su parte, los manifestantes han aprovechado el impacto mediático del suceso para hacer un llamado a «la revolución», instando a la ciudadanía a «rebelarse contra el sistema». Este controvertido mensaje ha empeorado aún más la percepción de quiénes veían su actuación con reticencias, alejándolos aún más de su causa y haciendo evidente la distancia ideológica entre ambos sectores.

Guillem Espaulella
Guillem Espaulella
Politòleg per la Universitat Pompeu Fabra.

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