Una reciente publicación elaborada por una plataforma «anti fake news» ha sido objeto de una fuerte polémica en redes sociales. El documento, que pretendía desmentir una serie de afirmaciones virales que aseguraban que la «inmensa mayoría» de los presos extranjeros son de origen marroquí, ha sido objeto de duras criticas por un presunto sesgo en su enfoque y por omitir datos relevantes que contextualizan la sobrerepresentación de ciertas nacionalidades en las cárceles catalanas.
🚨Circula a les xarxes socials un missatge que assegura que la «immensa majoria» dels estrangers empresonats a Catalunya són marroquins.
— Verificat (@veri_fi_cat) January 23, 2025
🟡 És 𝗘𝗡𝗚𝗔𝗡𝗬𝗢́𝗦.
Les persones d’origen marroquí representen el 36% dels estrangers i el 18% del total de presos.
Obrim fil!🧵👇
Los críticos argumentan que, si bien es cierto que el informe desmiente las cifras exageradas de las publicaciones virales, su contenido parece querer minimizar la importancia de que los presos de origen marroquí constituyan un porcentaje notablemente alto en relación con su representación en la población general, desvirtuando sus conclusiones y poniendo en duda la objetividad de la publicación.
El informe y sus conclusiones
El informe, que recoge sus datos del Departament de Justícia i Qualitat Democràtica de la Generalitat de Catalunya, apunta que, pese a que los presos de las cárceles catalanas son en su mayoría de origen marroquí, estos constituyen menos del 20% del total de la población reclusa y algo más del 30% del total de presos de origen extranjero. Estos datos, aseguran, desmienten las recientes publicaciones en redes sociales que, de acuerdo con su criterio, «sugerían una presencia mucho mayor» de este grupo étnico en los centros penitenciarios de la Comunidad.
El documento niega a su vez que exista ningún tipo de relación causal entre inmigración y delincuencia, amparando su postura en diversos estudios internacionales que desmentirían esta vinculación. Según su análisis, las «condiciones estructurales y la exclusión social» son los factores verdaderamente determinantes en el comportamiento delictivo de las personas, muy por encima de su nacionalidad.
Críticas a su contenido
La publicación del documento ha levantado voces críticas que cuestionan su enfoque. Los detractores de las informaciones facilitadas señalan que la publicación omite datos relevantes a la hora de evaluar la representación de ciertos grupos étnicos en las prisiones catalanas. Las cifras absolutas son su ejemplo más paradigmático: Mientras que la población de origen marroquí constituye apenas el 3% de la población total de Cataluña, representan el 18% de los reclusos. Dicho de otra manera, uno de cada cinco delitos es cometido por un marroquí a pesar de que solo uno de cada treintaitrés residentes es marroquí. Esto es, según estas críticas, un dato significativo que no se aborda en profundidad en el documento.
Se ha cuestionado también el objetivo del informe, acusando a sus autores de centrarse únicamente en desmentir una afirmación viral sin proporcionar un análisis amplio de las causas subyacentes. Este enfoque, señalan, «parece un intento de minimizar una realidad compleja».
Un debate abierto
La publicación de este documento parece haber avivado el debate sobre cómo se analizan y comunican los datos sobre la población penitenciaria en Catalunya. En un contexto de creciente tensión cultural, la necesidad de aportar datos completos y riguroso crece a medida que la población demanda un acceso más abierto a esta información.