Nuevo episodio en la prolongada batalla económica de la OPA hostil del BBVA al Banc Sabadell. Ayer, el Consejo de Administración de la entidad catalana aprobó que su sede social retornara a Cataluña después de 7 años en la Comunidad Valenciana, territorio al que emigró traumáticamente para evitar los efectos perniciosos del golpe de estado impulsado por los separatistas catalanes en octubre de 2017.
Esta valiente, sorpresiva e importante decisión del banco que preside Josep Oliu es otro conejo que saca de la chistera para ganar peso específico político y económico en el marco de la OPA que está condicionando los resultados de ambas entidades financieras. Con la sede central en Sabadell y pagando de nuevo absolutamente todos los impuestos en Cataluña, ¿quién se atreve a decir que Banc Sabadell no es una entidad plenamente catalana?
Ahora nadie podrá acusar a la entidad vallesana, que deja atrás su sede de Alicante, de que su compromiso con Cataluña era sólo relativo
De este modo, vascos y catalanes, y sus respectivos lobbies de influencia en la Moncloa, continuarán la batalla económica y política con las mismas armas. Ahora nadie podrá acusar a la entidad vallesana, que deja atrás su sede de Alicante, de que su compromiso con Cataluña era sólo relativo. Oliu va a jugar la baza de la proximidad con toda la artillería. Se esté de acuerdo o no con la OPA, es obvio que Oliu ha jugado bien sus cartas para seguir manteniendo su rotundo rechazo ante el “ataque” vasco.
Este movimiento de sede social invita a que partidos políticos, patronales y entidades de influencia catalana redoblen su apuesta por la independencia de Banc Sabadell. De alguna manera se le obliga a que sean más proactivos a la hora de rechazar la OPA vasca. Además, Oliu le otorga a Salvador Illa una medalla política de primer orden que sin duda tratará de capitalizar: bajo su mandato, Cataluña gana en seguridad jurídica, confianza, estabilidad política y, poco a poco, las aguas van volviendo a su cauce.
Los separatistas que causaron la marcha hace 7 años del Banc Sabadell también están contentos con la decisión
Los separatistas que causaron la marcha hace 7 años del Banc Sabadell también están contentos con la decisión. Vuelve un banco, refuerzan su discurso romántico/territorial, limpian su conciencia y tienen menos peros de los separatistas más recalcitrantes a la hora de rechazar la OPA.
De este modo, todos los actores relevantes de la política catalana van a presionar sin limitaciones a Pedro Sánchez, que, como bien sabemos, manosea políticamente todo lo que puede en el ámbito privado (a Telefónica e INDRA me remito). Dicho esto, conviene recordar que la poltrona del presidente del gobierno también depende del PNV y será imposible contentar a todos. Las espadas políticas están en lo más alto. Lo que es seguro es que el perdedor de esta batalla financiera exigirá premio de consolación y chantajeará a Sánchez con otras peticiones de calado a las que habrá que estar bien atentos.
Carlos Mazón deberá recordarle a Compromís (pancatalanistas sólo a ratos) que las empresas tienen libertad para fijar su domicilio social
Otra consecuencia de este importante movimiento de sede social será la influencia que tiene sobre aquellas empresas que aún no han regresado a Cataluña tras huir aterrorizadas tras el “procés” de Puigdemont, Junqueras y sus acólitos con lacitos amarillos. Este movimiento va a aumentar la presión sobre grandes corporaciones como CaixaBank, Naturgy, Abertis, Cellnex, Catalana Occidente, Colonial, Planeta, Hotusa, Idilia Foods o Codorniu a que vuelvan a lugar de procedencia y eso también tiene consecuencias sobre los territorios que pierden base fiscal.
Y es ahí donde se encuentra el lamento del presidente de la Comunidad Valenciana, gran perdedor, junto con BBVA, de la jugada maestra de Oliu y su consejo de administración. Toda la satisfacción que implica para Cataluña el cambio de sede social de Banc Sabadell, en Alicante implica que los principales actores políticos ya se estén tirando los trastos a la cabeza. Carlos Mazón (a perro flaco todo son pulgas) deberá recordarle a Compromís (pancatalanistas sólo a ratos) que las empresas tienen libertad para fijar su domicilio social y que no se le puede obligar a permanecer donde ellos consideren.
Estaremos atentos al contraataque vasco. Aún queda mucho partido por delante…