Oliviero Toscani (Milán, 1942-2025) conocido por sus campañas de Benetton, y por ser un pionero en el uso de la provocación en la publicidad; ha muerto a la edad de 82 años, el lunes 13 de enero en el hospital de Cecina, una localidad de la comarca de Toscana.
El año pasado, Toscani, en una entrevista al “Corriere della Serra” anunció que le diagnosticaron almodosis, una enfermedad rara e incurable que afecta a los órganos vitales. Afirmando que le quedaba poco tiempo de vida: «No sé cuánto tiempo me queda de vida, pero de todos modos no me interesa vivir así».
Su legado
Toscani es conocido por su trabajo en las campañas de Benetton, donde transformó las campañas publicitarias tradicionales en mensajes provocativos y polémicos que hacían una denuncia social. Las imágenes de Toscani abordan temas como el racismo, el VIH, la pobreza, entre otros, generando un debate de reacciones.
Sus imágenes causaron admiración y desprecio por igual; el fotógrafo quería jugar con la provocación de quien veía esas fotografías. Alguna de sus imágenes más famosas son: el beso del cura y la monja; la del moribundo enfermo de sida en brazos de su familia; o la de tres corazones idénticos y de aspecto realista, etiquetados con las leyendas “negro”, “amarillo” y “blanco”. Toscani defendía su trabajo afirmando que no vendía ropa, sino ideas; buscaba generar una reflexión, más allá que promover un producto.
El impacto de Toscani
Oliviero Toscani es considerado uno de los fotógrafos pioneros en la publicidad disruptiva y en buscar la provocación en el mundo de la publicidad. Consiguió transmitir mensajes poderosos y hacer denuncias sociales a través de sus fotografías: «El arte no es para decorar paredes; el arte es para sacudir conciencias».
Esta semana todos se despiden de un gran fotógrafo, cuyo impacto seguirá resonando a través de las distintas generaciones, debido a sus campañas polémicas en el mundo de la publicidad.