Trump: un liderazgo que emociona al mundo y desafía a Europa

Mientras Europa y aliados históricos temen por el futuro, Asia y América Latina ven oportunidades en el liderazgo transaccional de Trump

Trump: un liderazgo que emociona al mundo y desafía a Europa
Donald Trump. / X.

El Consejo Europeo de Relaciones Exteriores ha publicado recientemente un estudio sobre las opiniones que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha generado a nivel internacional. El informe, recogido y analizado por La Vanguardia, arroja luz sobre las divisiones globales que la reelección del mandatario estadounidense provoca.

Tras encuestar a más de 28.000 personas en 24 países distintos, los resultados muestran una fuerte brecha entre el optimismo prevalente en Asia, América Latina y el Medio Oriente y una profunda preocupación en Europa y aliados clave como Corea del Sur.

Optimismo global contra el escepticismo europeo

En regiones como la India, Brasil o Arabia Saudita, más de la mitad de los encuestados consideran el segundo mandato de Trump favorecerá la paz y beneficiará a sus países. En Europa, por contra, la percepción es mayoritariamente negativa, con cerca de un 75% de la muestra declarando inquietud. Destacan en este aspecto las respuestas en Alemania y España, que temen un debilitamiento de las alianzas transatlánticas.

Corea del Sur comparte ese pesimismo, con un muy cercano 70% de detractores que expresan su preocupación debido a la dependencia de su nación de la seguridad estadounidense, ahora en manos de un líder más proteccionista.

En muchas partes del mundo, pero, el regreso de Trump genera optimismo ya que representa un modelo de liderazgo que se centra en acuerdos directos y beneficios concretos, dejando a un lado ideologías o compromisos globales que suelen complicar las relaciones internacionales. Este enfoque «transaccional» significa que Trump es más dado negociar de manera bilateral, es decir, país a país, buscando lo que más conviene a ambas partes en lugar de seguir grandes acuerdos multilaterales como los promovidos por organismos internacionales o alianzas tradicionales, dando oportunidad de crecimiento a naciones aún en desarrollo.

A su vez, el abandono de los grandes acuerdos multilaterales reduce substancialmente la burocracia internacional, agilizando los tratados entre países con un enfoque más eficiente.

Una promesa de paz

La reelección de Trump también ha generado expectativas contradictorias en cuánto a su capacidad por pacificar el convulso panorama internacional. Pese a una percepción reacia por parte del viejo mundo, la mayoría de países cree que su liderazgo ayudará a resolver los conflictos internacionales de Ucrania o las tensiones en Oriente Medio. El precedente de su anterior mandato en este aspecto, acompañado de sus promesas de campaña, refuerzan su imagen global como líder por la paz.

A su vez, el rechazo del líder republicano por el tradicional intervencionismo estadounidense en los asuntos militares y morales del resto de naciones del panorama internacional genera en países como China, Rusia o las regiones africanas esperanza por una existencia más autónoma en el ámbito global.

Por su parte, Europa y Corea del Sur muestran un marcado escepticismo sobre su papel como «pacificador», asociando su liderazgo con el debilitamiento y erosión de las alianzas internacionales que podría agravar las tensiones globales. A diferencia del resto de países, estas regiones valoran el modelo occidental liberal en qué Estados Unido actuaba como hegemón de los valores democráticos en el mundo.

Conclusiones del estudio

El informe concluye aseverando que el nuevo mandato de Donald Trump marca el fin definitivo del liderazgo mundial estadounidense como «defensor del orden liberal occidental». Para Europa, esto significa adaptarse un mundo regido por principios más pragmáticos y menos ideológicos, redefiniendo su papel como actor geopolítico relevante que necesitará enfrentar él solo desafíos como la guerra de Ucrania o las tensiones con las potencias emergentes.

Aun con todo, el informe señala que, pese a su autopercepción como región «débil», Europa es considerada por el resto del mundo como un actor equiparable a las grandes potencias. Como actúe el viejo continente en este nuevo panorama determinará la satisfacción de estas expectativas.

Reacciones encontradas

Las conclusiones y análisis del estudio han generado opiniones diversas en redes. Mientras una parte de los usuarios aprueban las aserciones del informe y consideran a Trump como un nuevo polo de poder positivo en el panorama internacional, celebrando la atomización del poder a lo largo del globo, muchos detractores señalan que los resultados positivos de las encuestas en el resto de regiones del mundo responden a los intereses de las mismas y no reflejan las externalidades negativas que estos cambios tendrán en Europa.

Guillem Espaulella
Guillem Espaulella
Politòleg per la Universitat Pompeu Fabra.

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