En un episodio sin precedentes en la nación, el presidente en funciones Yoon Suk-yeol ha sido detenido este miércoles 15 de enero en su residencia oficial bajo acusaciones de insurrección y abuso de poder. La detención se ha producido tras semanas de tensión política derivada de la declaración de la ley marcial que el mandatario ordeno en diciembre del año pasado. Su servicio de seguridad no ha opuesto resitencia ante la llegada de las fuerzas policiales.
¿Ley marcial o golpe de estado?
El presidente Yoon Suk-yeol justificó la declaración de la ley marcial argumentando que el principal partido de la oposición, el Partido Democrático de Corea, estaba abusando de su mayoría en la Asamblea Nacional para controlar el poder legislativo, obstaculizar al gobierno y desestabilizar el país. Según Yon, la acción legislativa y los bloqueos estratégicos de la oposición habría tenido como objetivo el bloqueo de la administración forzando así su dimisión.
Al mismo tiempo, acusó al Partido Democrático de estar tomando un rol activo en las movilizaciones y protestas populares que se estaban dando en Corea exigiendo su renuncia, amplificando tensiones sociales y «generando un clima de ingobernabilidad».
Sin embargo, la imposición de la ley marcial fue ampliamente criticada a nivel nacional e internacional, siendo percibida como un intento de consolidar ilegítimamente el poder ejecutivo reprimiendo de facto la actividad de la oposición. Pese a que algunos políticos y personajes mediáticos defendireon la acción, el clima general fue de malestar y preocupación.
El 25 de diciembre del 2024, la Asamblea aprobó una moción de destitución contra el presidente por atentar contra los principios democráticos y la Constitución del país. El Tribunal Constitucional inició una revisión del caso, mientras, la tensión crecía en las calles con manifestaciones multitudinarias exigiendo su dimisión.
La detención
Tras semanas de incertidumbre, miembros de la fiscalía y fuerzas de seguridad coreanas han ingresado hoy en el recinto presidencial y detenido a Yoon. Más de 6000 partidarios del aún presidente se han congregado en torno al recinto para evitar el arresto, pero los cuerpos policiales han acabado entrando. Yoon ha sido trasladado a un centro de detención en Seúl. Allí, se le han notificado oficialmente los cargos a los que se enfrenta por insurrección y abuso de poder. Este arresto marca un momento crítico en la política surcoreana, ya que es la primera vez en la historia del país que un presidente en funciones es detenido.
El particular episodio refleja los desafíos que enfrentan las democracias modernas ante las tensiones entre poderes y la importancia de respetar el equilibrio institucional. La comunidad internacional observa de cerca cómo Corea del Sur navega esta compleja crisis política, que podría tener implicaciones significativas para la región y el mundo.