La reciente desclasificación por parte del CNI de los documentos sobre los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils ha desatado un intenso debate en redes sociales. La revelación de contactos entre el CNI y Abdelbaki Es Satty, líder de la célula terrorista, ha dado pie a acusaciones de sectores independentistas que sugieren una presunta connivencia del Estado español.
El eje de la cuestión
Los documentos revelan que el CNI contactó con Es Satty en 2014 mientras cumplía condena por tráfico de drogas y que llego incluso a plantear su posible reclutamiento como confidente. Sin embargo, las evaluaciones psicológicas concluyeron que no era de fiar y descartaron esa opción.
La vigilancia a Es Satty tras su liberación no detectó indicios de radicalización. Estas revelaciones han avivado acusaciones de negligencia e incluso «encubrimiento» por parte del cuerpo de inteligencia, llegando en algunos casos a producir teorías de la conspiración sin ningún fundamento sólido.
Reacción en redes
El entorno independentista ha acusado al Estado de falta de transparencia y algunos líderes, como Carles Puigdemont, han exigido explicaciones. El expresidente ha afirmado a su vez que el Estado mintió, y que su predisposición al «juego sucio» apuntala «ciertas sospechas», relacionando estas revelaciones con la reciente polémica por las infiltraciones policiales dentro del movimiento independentista.
🗣️ Puigdemont reacciona als documents desclassificats del 17-A: «Teníem raó»
— RAC1 (@rac1) January 13, 2025
👉 L’imam de Ripoll va tenir entrevistes amb els serveis secrets espanyols entre el 2012 i el 2014 https://t.co/8VO51pMnYZ pic.twitter.com/yDgiNN6fJk
En redes sociales, estas posturas han ganado fuerza con mensajes que apuntan a una supuesta complicidad del CNI con el imán. Hashtags y comentarios virales han contribuido a polarizar aún más la discusión, mientras otros usuarios y analistas intentan desmontar las teorías más extremas, que afirman sin tapujos que los documentos demuestran que Es Satty era una «agente encubierto» del CNI.
ATENCIO «Nuestro hombre en #Ripoll» els documents confirmen el pitjor, el lider dels jihadistes 🇲🇦 del 2017 era un agent en nomina, Es Satty continua fugat amb nova identitat i passaport 🇪🇦 #terrorisme #deepstate #hatecrime #OpCatalunya https://t.co/sdMLbvCEJg
— CADCI (@CADCI) January 13, 2025
Los expertos han desmentido estas afirmaciones, recordando que contactar con posibles informantes en prisión es una práctica común que en ningún caso implica «connivencia». Asimismo, la falta de indicios durante los meses de vigilancia refuerza la conclusión de que no existía conocimiento previo sobre la radicalización de Es Satty.
Pese a ello, las redes siguen inundadas de este tipo de aserciones, que en estos momentos lideran la conversación digital.
Res de nou, en tot cas la confirmació amb proves per part de l’estat espanyol
— Chema Clavero (@jm_clavero) January 13, 2025
Els documents desclassificats mostren que l’imam de Ripoll era confident del CNI https://t.co/vIC4X2YuPE
El debate, ya de por si sensible y altamente polarizado, ha escalado al ámbito político, con demandas de más transparencioa respecto al caso. La desclasificación de los documentos del 17-A ha reavivado tensiones sociales y políticas en un entorno ya muy dividido. Aunque las demandas de transparencia son legítimas, es fundamental abordar el debate con base en hechos verificables y evitar que teorías infundadas enturbien la búsqueda de verdad y justicia.