En un giro significativo, los grupos municipales de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el ayuntamiento de Ripoll han decidido romper preliminarmente el cordón sanitario que mantenían con Aliança Catalana, el controvertido partido de Sílvia Orriols.
El acercamiento, planteado en clave local para llegar a un acuerdo sobre los presupuestos del consistorio, no ha estado exento de polémica y ha generado diversas reacciones en el panorama político catalán.
La dirección de ERC en contra
El revuelo por la decisión de las autoridades locales de ERC no se ha hecho esperar. De acuerdo con diversos medios, la dirección nacional republicana ha vetado cualquier tipo de entendimiento entre los miembros de su formación y el partido de la alcaldesa de Ripoll. Pese a ello, parece que los concejales seguirán asistiendo las conversaciones «sin que ello suponga en ningún caso dar apoyo a las cuentas de Sílvia Orriols», quitándole importancia al suceso y aclarando que su participación en dichas convocatorias para «defender los posicionamientos» de su partido no implica haber entrado en negociaciones.
La direcció d' @Esquerra_ERC mira de coaccionar la secció local perquè mantingui el cordó sanitari en contra meu.
— Sílvia Orriols (@orriolsderipoll) January 8, 2025
El problema és que a la pràctica no és en contra meu, és contra tots els Ripollesos.
Ho pagareu a les urnes.#SalvemCatalunyahttps://t.co/myx4BX5L8Y
Junts más receptivo
Por su parte, Junts per Catalunya sí se ha mostrado dispuesto a negociar. Si bien niegan que hasta el momento se haya producido nada parecido, apuntan que si la alcaldesa se muestra receptiva a sus propuestas, que incluyen, entre otros puntos, una mayor inversión en cultura y el acceso del ayuntamiento a más recursos públicos, podrían llegar a dar su apoyo a las cuentas de AC.
Para los exconvergentes la prioridad es, aseguran «defender los intereses de los ciudadanos de Ripoll» por encima de las diferencias ideológicas. Hasta el momento, su dirección nacional no cierra la puerta a un posible acuerdo. Cabe recordar que ya en octubre del año pasado Junts empezó a suavizar su postura con la formación de Orriols.
Reacciones fuera del independentismo
El movimiento ha suscitado fuertes críticas por parte del PSC y otras formaciones de izquierda, que acusan a Junts y ERC de ceder ante una fuerza política que consideran antidemocrática. Salvador Illa, líder del PSC, ya ha declarado en otras ocasiones que este tipo de pasos «erosiona los valores democráticos y normaliza la ultraderecha». Asimismo, varias organizaciones sociales han manifestado su preocupación por la posible influencia de AC en decisiones clave para Ripoll.
El desenlace de estas negociaciones será clave para determinar si Junts y ERC logran mantener su equilibrio entre el pragmatismo político y la defensa de los principios que han proclamado hasta ahora.