Los partidos de ‘extrema derecha’, según la terminología hegemónica, continúan alcanzando cotas de poder inimaginables hasta hace pocos años. Los llamados cordones sanitarios sólo han servido para fortalecerlos y convertirlos en la primera fuerza política en muchos países. Los casos de Orban y, más importante, el de Meloni, son ilustrativos, pero ni mucho menos experiencias aisladas. Parece que ahora es el turno de Austria, mientras Alemania espera tensamente las elecciones del próximo mes de febrero. En Alemania, como en España, los conservadores tradicionales, CDU y PP, mantienen la hegemonía de la derecha pero con la amenaza creciente de los partidos más conservadores AFD, VOX; que además cuentan con la complicidad de Donald Trump o Milei.
Las negociaciones para formar gobierno encabezadas por el conservador Karl Nehammer entre su partido el ÖVP, y los socialdemócratas y liberales fueron rotas por los últimos que se retiraron de las mismas. La alternativa a un bipartito entre conservadores y socialdemócratas tiene una exigua mayoría de un diputado y, además de las diferencias programáticas, los analistas consideran que una coalición les debilitaría aún más a ambos.
En esta circunstancias, y como paso previo a una repetición electoral si no hay acuerdo, el presidente federal de Austria, Alexander Van der Bellen, ha encargado formar gobierno a Herbert Kickl líder del FPÖ. También se especula con la vuelta a la política activa de Sebastian Kurt antiguo Canciller que tuvo que dimitir por un escándalo de financiación de medios y manipulación de encuestas. Kurt ya pactó en su momento con el FPÖ, pero bajo su presidencia. Ahora la correlación de fuerzas es a la inversa. Todo indica que puede haber acuerdo con la bendición de Peter Thiel, empresario cofundador de Pay pal junto a Musk, y patrocinador de la carrera política del futuro vicepresidente americano J.D Vance
Cabe recordar que el FPÖ fue el partido más votado en las pasadas elecciones con el 29,2%. Los conservadores obtuvieron un 26,4% y los socialdemócratas poco más del 21,1%, ambos con importantes caídas respecto a las anteriores elecciones. Las encuestas señalan, en caso de repetición electoral, más del 35% de los votos, incentivo para que los conservadores no decidan forzarlas y apoyen un gabinete encabezado por Kickl.