Era una costumbre aprobar al final de cada año la Ley de Presupuestos, con las cuentas de la Administración Central y la Seguridad Social, y la Ley de Acompañamiento, con una ristra de medidas tributarias. Este año 2024 ha sido imposible aprobar la Ley de Presupuestos. Y no parece probable que el Gobierno consiga aprobarla en el 2025. Pero tenemos algo parecido a la Ley de Acompañamiento. Se trata de la Ley 7/2024, de 20 de diciembre, aprobada por el Congreso el jueves 19 y publicada en el BOE el sábado 21.
Entre otras cosas, esta Ley contiene normas sobre los dos impuestazos creados por la Ley 38/2022, de 27 de diciembre: el impuestazo a los Bancos y el impuestazo a las Energéticas (eléctricas, petroleras y gasistas), con una vigencia en ambos casos de dos años, que expiraba el 31 de diciembre de 2024.
Los llamamos impuestazos porque, con motivaciones puramente populistas, castigan a dos sectores muy específicos obligándoles a pagar un tributo extraordinario que no paga nadie más y que se basa en la facturación, no en los beneficios. Crear impuestos así rompe una de las virtudes fundamentales de un sistema tributario justo, que es la igualdad.
La Ley 7/2024 prorroga el impuestazo a los Bancos extendiendo su vigencia durante 3 años más. Y, para los grandes Bancos, lo endurece notablemente. Otro día hablaremos de esto.
¿Y qué ha pasado con el impuestazo a las Energéticas? Muy sencillo: la Ley 7/2024, en su Adicional 14ª, lo suprime lisa y llanamente. Durante la tramitación de esta Ley en el Senado, se introdujo una enmienda de supresión, apoyada por PP, Vox, Junts y PNV. Cuando la Ley volvió al Congreso, se votó esa enmienda del Senado y se aprobó.
En este punto había coincidencia entre los partidos conservadores, tanto nacionalistas como no nacionalistas. Todos ellos querían suprimir un impuestazo que ponía en peligro grandes proyectos de inversión y creación de empleo en España. Y convergieron en ese objetivo. Y el Congreso lo decidió así, por mayoría absoluta.
Sin embargo, el Gobierno había prometido a ERC y a Podemos que, de no prorrogarse el impuestazo, aprobaría antes de fin de año un Decreto-Ley manteniendo el impuestazo energético, aunque admitiendo deducciones en la cuota por inversiones en descarbonización.
Y así, pese a que el Legislativo había suprimido el jueves 19 el impuestazo energético, el Gobierno ha tenido la osadía de mantenerlo. Y lo ha hecho en virtud del Real Decreto-Ley 10/2024, de 23 de diciembre, aprobado el lunes 23 en el último Consejo de Ministros del año. Y publicado en el BOE el día 24.
Cómo queda el impuestazo energético en el decreto ley 10/2024
El impuestazo se crea para aplicarse sólo en 2025. Deberán pagarlo las empresas eléctricas, petroleras y gasistas que facturan más de 1.000 M anuales.
La cuota a pagar es el 1,2% sobre la facturación en España en el año 2024. Habrá un pago a cuenta en junio 2025, equivalente al 50%, y una liquidación definitiva en septiembre 2025. Recaudación prevista: 1.200 M.
Habrá una deducción en la cuota por inversiones estratégicas esenciales para la transición ecológica y la descarbonización siempre que sean debidamente homologadas por el Ministerio para la Transición Ecológica.
La deducción no podrá exceder del 60% de la cuota.
¿Qué va a pasar con el impuestazo energético?
El Gobierno ha creado una situación esperpéntica. Por un lado, en virtud de una Ley, las Cortes Generales han suprimido el impuestazo a las energéticas. Pero, cuatro días después, el Gobierno, en virtud de un Real Decreto-Ley, lo mantiene, con una deducción que puede minorar la cuota en un 60%.
¿Por qué actúa así el Gobierno? Simplemente, por quedar bien con ERC y Podemos, a los que había prometido mantener el impuestazo, en caso de que el Congreso no lo prorrogase.
¿Y qué futuro le espera al impuestazo aprobado por el Gobierno? No tiene ningún futuro. El Decreto-Ley 10/2024 debe someterse a convalidación por la Diputación Permanente del Congreso en el plazo de 30 días (antes del 24 de enero). En dicha Diputación los votos de PP, Vox, Junts y PNV (los cuatro que tumbaron el impuestazo en la Ley 7/2024) suman más que los del PSOE, Sumar, ERC, Bildu y Mixto. En consecuencia, no convalidarán el Decreto-Ley, y el impuestazo creado por el Gobierno desaparecerá del mapa.
Conclusión
¿Cómo es posible que el Gobierno apruebe el impuestazo energético, cuatro días después de haber sido suprimido por el Congreso, sabiendo que no va a ser convalidado y que, por lo tanto, quedará como un puro brindis al sol? ¿Sólo para quedar bien ante ERC y Podemos?
Cuando un Gobierno actúa así ¿qué idea tiene de su facultad de dictar Decretos-Leyes? ¿y de lo que debe ser la normativa tributaria? ¿Y de lo que es la seguridad jurídica?
Esperemos que para finales de enero la Diputación Permanente haya tumbado el Decreto-Ley 10/2024, que el impuestazo esté totalmente desaparecido, que las empresas energéticas no se hayan hartado de la falta de seriedad gubernamental durante estos esperpénticos meses y que ejecuten en España sus proyectos de inversión. El país lo agradecerá.