A los nacionalistas catalanes les ha molestado que Illa contestara a Alejandro Fernández en castellano en el Parlament. Le acusan de españolizar Cataluña. Los nacionalistas se aferran a su ensoñación: Cataluña es un estado independiente y el catalán la única lengua oficial. La realidad les importa poco. Da igual que Cataluña sea España, el castellano sea lengua oficial en Cataluña y común de toda España. También que sea la lengua mayoritaria en Cataluña.
La lengua no es de los territorios sino de las personas. Una cosa es que la Administración catalana desarrolle medidas de protección del catalán y otra atentar contra los derechos de las personas.
Que el castellano no esté en peligro no justifica que se vulneren los derechos de las personas. Y tener la educación en castellano es un derecho. Y expresarse en castellano en el Parlament también. Contrasta la exclusividad que piden del catalán en Cataluña con la exigencia de que esté presente en el Parlamento español o europeo.
La supervivencia del catalán a largo plazo no depende de imponer políticas coercitivas que, además tienen el efecto contrario al que pretenden. Depende, entre otras cosas, de que los catalanes, cátalo hablantes tengan hijos y de la globalización de la cultura.