Otro timo de Sánchez: la condonación de la deuda catalana

La condonación de la deuda autonómica catalana: una injusticia que amenaza la solidaridad entre regiones

Pedro Sánchez posando junto a los presidentes autonómicos tras la XXVII Conferencia de Presidentes Autonómicos
Pedro Sánchez y los presidentes autonómicos en la XXVII Conferencia de Presidentes Autonómicos (La Moncloa).

A finales de 2011 España estaba a punto de ser rescatada los famosos hombres de negro. Los desequilibrios económicos que dejaba Zapatero comprometían muy seriamente la viabilidad y la soberanía de nuestra nación. Todo el mundo hablaba de la famosa prima de riesgo, que no es otra cosa que el precio que te cobran por financiar a tu país. 

El Estado, altamente endeudado, para hacer frente a sus necesidades de financiación, acudía a los mercados y se veía en la obligación de pagar unos altísimos intereses que nos estaban estrangulando poco a poco. A las comunidades autónomas les ocurría lo mismo pero a lo bestia. El precio que éstas pagaban por financiarse era descomunal y muchas de ellas ni siquiera tenían acceso a esa financiación internacional imprescindible para pagar los servicios públicos fundamentales. 

Es en ese contexto de cuasiquiebra cuando el ministro Montoro creó el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) para facilitar que los gobiernos regionales tuvieran acceso a una financiación más asequible, no quebraran y pudieran pagar a sus proveedores. De esa manera, el Estado financiaría directamente a las CCAA a precios más asequibles, garantizaba su liquidez y evitaba el colapso de algunas de ellas, especialmente Cataluña, la más altamente endeudada y peor gestionada de España con mucha diferencia. 

Cataluña fue la primera que pidió auxilio financiero al Gobierno de España. Fue la primera y la que más dinero pidió de ese Fondo de Liquidez Autonómica

Así nació el FLA. Cataluña fue la primera que pidió auxilio financiero al Gobierno de España. Fue la primera y la que más dinero pidió de ese Fondo de Liquidez Autonómica. Otras regiones no acudieron al rescate financiero en forma de FLA, hicieron sus deberes, ajustaron sus cuentas, recortaron gastos a diestro y siniestro y contribuyeron para que el problema financiero español no fuera de más envergadura. 

Desde 2012, el FLA ha prestado más de 300.000 millones de euros a las comunidades, siendo Cataluña la que más uso ha hecho de estos fondos, y por lo tanto la que tiene una mayor deuda. La región que preside Salvador Illa le debe al Estado más de 73.000 millones de ese fondo, lo mismo que la suma de la deuda de Comunidad Valenciana y Andalucía juntas, que son las siguientes en ranking de deuda con el Estado. Cabe recordar que algunas comunidades, como la Comunidad de Madrid, menos manirrotas, ni siquiera usaron ese FLA ya que por sí mismas podían financiar sus servicios públicos. 

Ahora, los derrochadores quieren que los que gestionaban bien sus cuentas públicas les paguen la fiesta. Quieren que los ciudadanos de Madrid o de Valladolid paguen la deuda autonómica que ellos fueron acumulando y que nunca han querido devolver (se jactaban de ello mientras pedían el dinero). Desde 2012 han tenido sobradas oportunidades para ir amortizando esa deuda que tenían con el Estado, pero ya se sabe, el dinero se destinaba a financiar un proceso separatista que se basaba precisamente en escupir cada día al que te financiaba y te rescató de la quiebra más absoluta. 

Sánchez aceptará que Cataluña aporte menos a la caja común que encima pagará sus deudas

Pedro Sánchez, para mantenerse en la poltrona unas semanas más, quiere repartir parte de esa abultada deuda catalana de 73.000 millones al resto de los españoles. No sólo eso, además quiere modificar el sistema de financiación para limitar la aportación catalana a la caja común. En otras palabras, aceptará que Cataluña aporte menos a la caja común que encima pagará sus deudas.  

¿Es justo que regiones responsables ahora paguen los desvaríos y derroches de otras?

¿Son insolidarios los madrileños por no querer pagar los desequilibrios económicos de otras regiones que encima les insultan?

¿Es justo que para que los catalanes deban 1.000 euros menos per cápita los madrileños tengan que deber 900 euros más?

¿Es honesto que Cataluña quiera ser menos solidaria con el resto de las regiones mientras exige la solidaridad que implica la condonación de su deuda?

Desde mi humilde punto de vista, la respuesta a estas cuatro preguntas es no. Aún siendo catalán y, por tanto, potencial beneficiario de esta cacicada socialista/independentista, tengo claro que la relación entre españoles no se puede basar en pisotearnos unos a otros. De llevarse a cabo esta condonación de deuda autonómica se estaría descuartizando el principio por el cual todos los españoles somos iguales ante la ley y entendería más que razonable que las regiones perjudicadas por este timo acudieran a los tribunales. 

Antonio Gallego
Antonio Gallego
Antonio Gallego: Economista. Ha sido diputado en el Congreso y en el Parlament.

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