Puigdemont se siente engañado por Sánchez, y está furioso porque ERC resiste y Orriols le come terreno a marchas forzadas. Romperá con Sánchez, le va la supervivencia como partido que aspira a ser hegemónico del electorado independentista, pero intenta arrancarle las últimas concesiones y busca el momento propicio para materializar la ruptura.