Hace meses que diversos portavoces de Junts expresan su malestar con los socialistas en general y con Sánchez en particular por lo que consideran incumplimientos de los acuerdos que permitieron la investidura del socialista. Los agravios son diversos. El primero es que la amnistía ni está ni se la espera en breve. No es una cuestión del Ejecutivo, pero los post convergentes responsabilizan al gobierno de no hacer lo suficiente. Lo mismo ocurre con el catalán en Europa. A estas cuestiones que vienen de la investidura se han añadido nuevos agravios. Illa, cuya investidura ya fue considerada un acto hostil, no visita a Puigdemont en Waterloo, lo que se interpreta que no hay amnistía jurídica pero tampoco política. La transferencia de las competencias en inmigración continua sin producirse, y lo que es peor, sin determinar su alcance, siendo el traspaso del NIE el punto clave. El impuesto a las energéticas sigue en el limbo con promesas contradictorias a ERC, Bildu, Sumar, Podemos o el BNG con relación a las hechas al PNV y Junts. La reforma de la financiación continua sin concretarse. Tampoco se han desclasificado los documentos del CNI en relación con el atentado de las Ramblas en agosto de 2017.
Con este trasfondo, Puigdemont ha convocado a la comisión permanente de Junts para tratar el cumplimiento de los acuerdos con los socialistas. Según El Nacional.cat, portavoz oficioso de Junts, se planteará un ultimátum hasta final de año a Sánchez para el cumplimiento de las cuestiones pendientes. Si no quedan satisfechos dejarán de apoyar al ejecutivo, por tanto no aprobarán los presupuestos, y, no se descarta, apoyar una moción de censura. Por otra parte Junts sigue pendiente de la evolución de los temas judiciales que acosan a Sánchez, no olvidemos que la corrupción fue la coartada para la moción de censura a Mariano Rajoy. El director de ‘El Nacional’, José Antich titulaba su editorial del día 3 de forma llamativa » El hartazgo de Junts con el PSOE » y citaba a un colaborador de Puigdemont «Estamos aguantando un cadáver , lo que no vamos a dejar es que nos hunda con él«
EL ALIENTO DE ORRIOLS
Y es que Junts esta inquieto porqué su apoyo a Sánchez no da los resultados esperados y, en cambio, deja al descubierto un campo enorme para el crecimiento de la extrema derecha catalana de Aliança Catalana. La última encuesta del CEO da a AC entre 6–7 diputados, tiene 2, y a Junts 30/31, tiene 35. Junts ni tan siquiera se alimenta de votantes republicanos que a pesar de su crisis interna, continua estable en las encuestas después de la caída que ya sufrío en las autonómicas.
La decisión de Junts no es fácil. Necesita romper con la izquierda española para frenar a Orriols, pero con ello pierde la oportunidad del peix al cove que le ha permitido, es el caso de la reforma fiscal planteada por los socialistas, reconectar con el IBEX, que siempre es importante. Y unas nuevas elecciones no garantizan a Junts, ni mucho menos, mantener el papel decisivo de sus 7 diputados actuales. El equilibrio entre distanciarse de Sánchez y no provocar elecciones anticipadas hasta que las encuestas no mejoren, lo que evidentemente no esta garantizado, es el reto de Puigdemont.