El proyecto de la independencia cuenta con cada vez menos partidarios en Cataluña. Así, al menos, se desprende del último barómetro del CEO, que indica que solo un 30% de los catalanes quiere que esta comunidad autónoma se convierta en un estado independiente a la hora de responder a la pregunta de cómo debería ser la relación entre Cataluña y España. El 61% restante no comparte ese objetivo y, así, un 34% prefiere que Cataluña mantenga el estatus actual de comunidad autónoma, un 22% querría que fuera un estado dentro de una España federal y el 6% restante preferiría que se convirtiera en una región de España.
El separatismo se encuentra, según este barómetro, en su momento más bajo. En junio de 2015, un 38% de los catalanes quería la independencia. La cifra subía hasta el 42% en 2016. En octubre de 2017, año del referéndum ilegal, los partidarios de la independencia eran un 40%. Y desde entonces este porcentaje ha ido descendiendo paulatinamente, hasta situarse en el 30% actual.
Solo el 78% de los republicanos quiere la independencia
Sin embargo, al preguntar directamente a los encuestados si quieren que Cataluña se convierta en un estado independiente, la respuesta es mayoritariamente negativa: un 54% lo rechaza, frente a un 40% que se muestra a favor. Más sorprendentes son los resultados del CEO a la hora de fijar el posicionamiento sobre la independencia según la simpatía de partido. Así, los votantes de Junts y la CUP serían los más independentistas, con porcentajes del 92% y del 91% respectivamente. Solo un 78% de los simpatizantes de ERC son partidarios de la independencia. Porcentaje que baja hasta el 60% en el caso de los votantes de Aliança Catalana. El 36% de los simpatizantes de los comunes también querrían romper con España. Algo que le gustaría al 17% de los socialistas y al, inexplicablemente, a un 10% de los simpatizantes de VOX y a un 5% de los del PP.
El barómetro del CEO recoge también la opinión de los catalanes sobre si es necesario ejercer «la máxima presión» fuera de Cataluña para defender mejor los intereses de esta comunidad. En este caso, impera la creencia de que es mejor el diálogo que la tensión. Los más partidarios de la presión, aunque esta suponga «tensiones y confrontación» son los votantes de la CUP (91%), de Junts (89%), de Aliança Catalana (88%) y de ERC (76%). En el extremo contrario se sitúan los de VOX (23%), del PP (32%) y del PSC (36%).