Juan Lobato ha comparecido en la Asamblea de Madrid señalando a la cúpula de su partido y desmarcándose de cualquier actividad ilícita. El tono dubitativo que le acompañó durante el día de ayer ha desaparecido por completo en su intervención de hoy.
Con firmeza y sin ningún titubeo, el líder de los socialistas madrileños ha afirmado que la motivación principal que le ha llevado a comparecer es la reacción hostil de algunos dirigentes del Partido Socialista, tras hacerse público el registro notarial de los mensajes que recibió, adjuntando la documentación de González Amador.
“No entiendo su reacción, y no la entiendo porque, si lo que se me dijo esa mañana, cuando se me mandó la documentación, era verdad, yo no creo que sea un problema acreditar el origen lícito de esa documentación: los medios de comunicación”, ha señalado.
Básicamente lo que ha venido a manifestar implícitamente, es que si la documentación, tal y como certifica el informe de la Unidad Central Operativa (UCO), se adquirió ilegalmente, tendrán que responder ante el Tribunal Supremo los ya imputados, así como los miembros de su partido que hayan estado involucrados. En esa línea, ha querido recalcar, al final de su intervención, que: “Tengo claro que la democracia y la ley están por encima de los partidos y del PSOE”.
Ahora solo queda esperar y ver cuál es la reacción de Moncloa. ¿Se asegura Lobato con el registro notarial y la comparecencia seguir como secretario general del PSOE en Madrid? ¿Disipa la rumorología que coloca, posiblemente, al futuro imputado, Óscar López, ministro de Transformación Digital, en su cargo? ¿Realmente lo de Lobato es un acto de valentía y honestidad, o busca eludir responsabilidades? Muchas preguntas, y por el momento, pocas respuestas.