El 15 de octubre el Gobierno envió a Bruselas el Plan Fiscal Estructural a medio plazo, en cumplimiento de las nuevas reglas fiscales europeas.
EN QUÉ CONSISTEN LAS NUEVAS REGLAS FISCALES EUROPEAS
Superada la pandemia y los efectos inflacionarios de la guerra de Ucrania, Bruselas ha puesto fin a la barra libre de déficit y deuda. A partir del 1 de enero de 2025 volvemos a la ortodoxia presupuestaria, o sea, a subir impuestos y/o reducir gastos. Cada Estado miembro debe negociar con la Comisión Europea un Plan de Ajuste Fiscal a 4 ó 7 años, detallando las reformas e inversiones a realizar en ese plazo.
Las reglas principales son dos:
1ª.Reducción de la Deuda Pública. Los países con una Deuda superior al 90% del PIB (como España), deberán reducir el porcentaje Deuda/PIB en, al menos, un 1% anual.
2ª.Reducción del Déficit. Los países cuyo déficit en 2024 no sea superior al 3% (aquí se incluye España, si, como espera el Gobierno, termina este año 2024 con un déficit del 3%) deberán reducir su déficit, en los Planes a 7 años, al menos un 0,25% anual.
QUÉ HA PROMETIDO EL GOBIERNO EN EL PLAN FISCAL ENVIADO A BRUSELAS
El Gobierno español ha preferido darse un poco más de tiempo y ha enviado un Plan a 7 años (2025-2031) con las siguientes previsiones:
1.Crecimiento del PIB.
En 2023 el PIB creció un 2,7%. Para 2024 se prevé un crecimiento idéntico, 2,7%.
El crecimiento previsto para 2025 es el 2,4% y para 2026 el 2,2%, solo por detrás de Estados Unidos. Ya veremos.
2.Gasto público.
El Plan no prevé una reducción drástica del gasto, ni mucho menos. Todo lo que contempla es una suave ralentización de su crecimiento.
3.Deuda Pública.
En 2023, el porcentaje Deuda/PIB fue el 105%. Lo previsto para este 2024 es el 102,5%. Esto está complicado pues a 30.06.2024 ese porcentaje ya era el 105,3%.
Lo tremendo es que detrás de ese porcentaje hay un volumen de Deuda descomunal: 1,626 billones de euros a 30.06.2024, 51.000 M más que a 31.12.2023 (en 6 meses).
El Plan prevé que, entre 2025 y 2031, ese porcentaje irá disminuyendo por encima del exigido 1% anual, hasta llegar al 90,6% en 2031. Cuán largo me lo fiais. ¡Y el objetivo final es el 60%!
4.Déficit.
En 2023 el déficit fue el 3,5% del PIB. La previsión para 2024 es el 3%.
El Plan prevé que, entre 2025 y 2031 el déficit se irá reduciendo paulatinamente: en 2025 será 2,5%. En 2026, 2,1%. Y así poco a poco hasta llegar al 0,8% en 2031. Cuán largo me lo fiais.
Y QUÉ PASA CON LOS IMPUESTOS
Tras prever un buen crecimiento del PIB, no cuesta nada prever un buen crecimiento de los ingresos tributarios y de las cotizaciones a la SS. El papel lo aguanta todo. Por eso, el Plan anuncia una política fiscal continuista para los próximos años. Con el crecimiento orgánico nos bastará. El aumento de la recaudación debido a nuevos impuestos será reducido (unos 5.000 M en 2025) y la mayor parte procede de hacer permanentes los Impuestos extraordinarios a Energéticas y Bancos. Veamos:
1.Tarifas del IRPF: se mantendrán tal cual, sin deflactarse por la inflación.
2.Se endurecerá el IRPF para las rentas más altas en el período 2025-2031.
3.Se endurecerá el Impuesto sobre Sociedades para los grandes grupos.
4.Se hacen permanentes los Impuestos extraordinarios a la Banca y Energéticas (creados en principio para los ejercicios 2022 y 2023).
5.Cotizaciones a la SS: irán aumentando conforme al Decreto-Ley 2/2023: Destope de la base máxima, Cuota Adicional de Solidaridad y Mecanismo de Equidad Inter-generacional. Malo para las empresas.
COMENTARIOS
1.El Plan Fiscal 2025-2031 pivota sobre una previsión muy optimista del crecimiento económico español, muy por encima del de nuestros vecinos. Pronostica un incremento de la población activa, de la tasa de actividad, de los flujos migratorios e incluso de la productividad. Y una bajada sostenida de los tipos de interés. Y un gran incremento en la construcción de viviendas.
En ese contexto, se prevé un fuerte incremento orgánico de los ingresos tributarios y cotizaciones a la SS. Lo cual permite ralentizar muy suavemente el crecimiento del gasto público. Y reducir el déficit. Soñar es fácil.
2.No deflactar las tarifas del IRPF a la inflación constituye la “reforma fiscal” (encubierta) más significativa de estos años. Recordemos que el IPC subió un 6,5% en 2021, un 5,7% en 2022 y un 3,1% en 2023. Esto explica el buen comportamiento de la recaudación fiscal por IRPF. OJO! algunas autonomías (como Madrid, País Vasco y Navarra) sí que han deflactado algo las tarifas del tramo autonómico.
3.Si endurecer el Impuesto sobre Sociedades para los grandes grupos significa asegurar la tributación mínima del 15% sobre el beneficio mundial (se está tramitando la Ley ad hoc), habrá muy poca recaudación por esto. La tributación mundial de los grupos españoles está por encima del 15%.
4.EL IMPUESTO EXTRAORDINARIO A LAS ENERGÉTICAS (ELÉCTRICAS Y PETROLERAS).
Recaudó 1.164 M en 2023. Se está tramitando en el Congreso una Ley para hacerlo permanente (igual para los Bancos). Eso es básico para cumplir el Plan Fiscal, pero se está poniendo difícil para el Gobierno.
Este Impuesto, presentado como un acto de justicia ante los supuestos beneficios extraordinarios de las energéticas tiene muchas pegas:
a)El impuesto no tiene nada que ver con los beneficios pues lo que grava, al 1,2%, es la facturación en España. Por eso es perfectamente posible que una empresa en pérdidas tenga que pagar el Impuesto, como pasó con CEPSA en 2023.
b)Las pegas económicas del impuesto son enormes. Las empresas tienen que producir a precios competitivos en el mercado internacional. Y este impuesto las penaliza frente a sus colegas extranjeros. Por eso, a la hora de efectuar nuevas inversiones, REPSOL y CEPSA tendrán que trasladarse a países no penalizadores (como Portugal o Marruecos) y facturar desde allí.
Esto pone en peligro las fuertes inversiones y empleos previstos por REPSOL en Tarragona (1.500 M) y por CEPSA en Cádiz (3.000 M). Y lo mismo pasa con las fuertes inversiones de las eléctricas. Por eso, Junts y el PNV han anunciado que no apoyarán la permanencia del impuesto. El Gobierno tendrá que dar marcha atrás y eso abre una grieta en el Plan Fiscal enviado a Bruselas.
Josu Jon Imaz, Consejero-Delegado de Repsol, publicó el 22 de octubre un artículo en La Vanguardia (“Industria o Populismo”), que pone los puntos sobre las íes en este tema al Gobierno de coalición progresista.
c)Las pegas jurídicas del Impuesto son también enormes. Colisiona frontalmente con el IVA. Y con el principio de igualdad, frente al resto de las empresas. Y frente a sus colegas que facturen menos de 1.000 M, que están excluídos del gravamen. La justicia europea lo tumbará.
5.Lo mismo puede decirse del IMPUESTO EXTRAORDINARIO A LOS BANCOS.
Este impuesto recaudó 1.695 M en 2023. Hacerlo permanente es básico para cumplir el Plan Fiscal, pero se está poniendo difícil.
El Impuesto se presentó también como un acto de justicia ante los supuestos beneficios extraordinarios derivados de la subida de los tipos de interés. Este argumento ya no sirve. Además, el impuesto no recae sobre ningún beneficio pues lo que grava, al 4,8%, es el importe neto de intereses y comisiones.
El sector, apoyado por el Banco Central Europeo e incluso por el Banco de España de Escrivá, critica duramente este impuesto pues reduce sustancialmente la capacidad para conceder crédito, lo que lastra el crecimiento. Y penaliza la competitividad.
Las pegas jurídicas son también enormes: colisiona frontalmente con el IVA. Y con el principio de igualdad frente al resto de empresas. Y frente a sus colegas que facturen menos de 800 millones, que están excluídos del gravamen. La justicia europea lo tumbará. Pero no creemos que el Gobierno renuncie a hacerlo permanente.
6.Comentario final: la extraordinaria debilidad del Gobierno no le permite asegurar el cumplimiento de ningún Plan Fiscal, ni a corto, ni a medio plazo. No es capaz de sacar su mini-reforma fiscal. Eso convierte en papel mojado el Plan enviado a Bruselas. Y hace peligrar la recepción de 7.200 M de Fondos Europeos. Y nadie sabe qué va a pasar con los Presupuestos.