Un reciente estudio ha revelado que los cuidados informales a personas mayores en Cataluña representan un 4,1% del PIB, lo que equivale a 10.105 millones de euros. De esta cantidad, un 2,7% es generado principalmente por las mujeres cuidadoras, según el informe titulado «Valoración económica de los cuidados a las personas mayores dependientes y su impacto en la generación sandwich». Esta investigación, impulsada por ALIURA y SUARA Cooperativa, en colaboración con el Observatorio Mujer, Empresa y Economía (ODEE) de la Cámara de Comercio de Barcelona y financiado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, busca visibilizar una problemática que sigue siendo ignorada por la sociedad y las políticas públicas.
Per primer cop, un estudi posa xifres a la precarietat i les dificultats que acompanyen les cures informals per a les dones.
Ho explica @Lauraperacaulab
🔍 Consulta l’estudi aquí: https://t.co/W02xwyjS8b#CuresPersonesGrans @odeecambra @aliura_coop @suaracoop pic.twitter.com/kgm5TUsNgs— Cambra de Comerç de Barcelona (@CambraBCN) October 24, 2024
El informe pone de manifiesto la dimensión económica y social de los cuidados informales, que recaen principalmente en las mujeres, especialmente en aquellas que forman parte de la llamada «generación sandwich». Estas son mujeres que, además de trabajar, deben cuidar a sus padres mayores y, en muchos casos, también a sus hijos, lo que repercute negativamente en su salud física, mental y su situación económica.
La ‘generación sandwich’ y el peso del cuidado femenino
En Cataluña, se calcula que al menos 150.780 personas (casi el 2% de la población) se dedican al cuidado informal de personas mayores dependientes. Dentro de este grupo, cerca de 60.000 pertenecen a la generación «sandwich», de las cuales el 66% son mujeres. Estas mujeres, además de trabajar, asumen la responsabilidad del cuidado de sus padres, lo que les genera una enorme carga física y emocional.
📊 Les cures informals a Catalunya ja suposen un impacte econòmic del 2,2% del PIB, segons l’informe sobre la Generació Sandvitx, elaborat per @odeecambrabcn, @cambrabcn, @suaracoop i @aliura_coop. Aquest valor, que s’estima en 5.800 milions d’euros, reflecteix el cost que… pic.twitter.com/jm5bnXVZhN— DonaEmpresaEconomia (@odeecambra) October 24, 2024
El informe también refleja que el 63% de quienes se dedican a cuidar a personas mayores en Cataluña son mujeres, una cifra que ha bajado del 72% en 2008. Sin embargo, las mujeres siguen dedicando 6 horas más a la semana al cuidado que los hombres, lo que resulta en un 69% del total de las horas anuales de cuidados realizadas por mujeres. Estas mujeres destinan 102 millones de horas anuales a este trabajo no remunerado, en comparación con los 46 millones de horas que aportan los hombres.
Impacto en la salud y en la economía de las ciudadoras
Las cuidadoras, al asumir la mayor parte de las labores, ven cómo su salud y bienestar se deterioran más que los de sus contrapartes masculinas. Según el informe, las mujeres tienen mayores probabilidades de padecer enfermedades físicas y mentales, como la depresión, debido al desgaste emocional y físico que implica cuidar de personas dependientes. Además, muchas cuidadoras se ven obligadas a reducir su jornada laboral o incluso abandonar su empleo, lo que empeora su situación económica y limita su tiempo de ocio y oportunidades de descanso.
A nivel económico, la traducción monetaria de las horas dedicadas a los cuidados informales en Cataluña se estima en 5.811 millones de euros, lo que equivale al 2,2% del PIB de la región. Si se incluyen los efectos indirectos e inducidos, el impacto total de estos cuidados alcanza el 4,1% del PIB catalán, con las mujeres aportando dos tercios de este impacto (2,7%).
Proyecciones preocupantes para el año 2050
El informe también ofrece proyecciones preocupantes de cara al futuro. Para el año 2050, se espera que el número de personas mayores de 65 años con dependencia en Cataluña aumente drásticamente, pasando de las 327.097 personas estimadas. Esto incrementará el valor monetario de los cuidados informales hasta los 42.401 millones de euros, lo que representará el 6% del PIB catalán, en comparación con el 4,1% actual. Además, la tasa de dependencia (la proporción de personas mayores de 65 años frente a la población activa) superará el 50% para ese año.
Propuestas para un nuevo modelo de cuidados
El estudio también subraya la urgente necesidad de un cambio de paradigma en la atención a las personas dependientes. Según Àngels Cobo, directora de Transformación Digital de SUARA Cooperativa, “es fundamental un compromiso claro por parte de las administraciones y las empresas para profesionalizar los cuidados, aumentar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, y utilizar la tecnología y la innovación para mejorar el sistema”.
Entre las propuestas clave se incluye el fortalecimiento de la ayuda a domicilio, la creación de un sistema de cuidados profesionales y la implementación de políticas públicas que promuevan la equidad de género en la distribución de responsabilidades. Asimismo, se destaca la importancia de sensibilizar tanto al ámbito social como al económico sobre la importancia de las labores de cuidado, para que no sigan relegadas exclusivamente al entorno privado y femenino.
Las empresas también tendrán que adaptarse al envejecimiento de la población y ofrecer medidas que permitan a sus trabajadores conciliar sus responsabilidades laborales y familiares, como permisos, excedencias y horarios flexibles. Modelos como el servicio Benestarum.org, que apoya la salud de los trabajadores en empresas, o iniciativas como Aliura.coop, una plataforma de referencia sobre la dependencia, son ejemplos de soluciones innovadoras para afrontar este reto social.
Conclusiones
El envejecimiento de la población en Cataluña plantea un desafío ineludible. El sistema actual de cuidados informales, sostenido principalmente por las mujeres, se enfrenta a una situación insostenible en los próximos años. La solución pasa por profesionalizar los cuidados y fomentar la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, todo ello apoyado por una inversión decidida tanto por parte del sector público como del privado.