La revista The Economist ha publicado un demoledor reportaje contra el socialista Pedro Sánchez en su última edición. Un artículo en el que deja claro que el presidente se mantiene en el Gobierno porque «su mayor activo es una oposición ineficaz y dividida». «En el cargo desde 2018», describe The Economist, «Sánchez es el gran superviviente de la política europea, un estratega astuto y despiadado. Pero su gobierno de coalición minoritaria gobierna por el apoyo de los nacionalistas radicales catalanes y vascos, y a un costo creciente para la calidad de la democracia española y sus instituciones».
The Economist señala en su artículo que Sánchez pudo ser presidente con el apoyo del PP pero que prefirió mantenerse en el cargo con el respaldo de ocho partidos minoritarios. Cita entre ellos a Junts, presidido por un Carles Puigdemont al que describe como «un expresidente regional catalán que ha sido un fugitivo de la Justicia desde un intento ilegal de romper con España en 2017«. Este apoyo ha tenido como contraprestación la aprobación de la Ley de Amnistía, a la que Sánchez «siempre se había opuesto». La prestigiosa revista recuerda que esta ley ha sido la única aprobada en los 10 meses que lleva el socialista al frente del Gobierno. Y ahora, a cambio de «asegurar» que Salvador Illa pudiera ser presidente de la Generalitat, Sánchez, señala The Economist, ha prometido a ERC «lo que equivale a la soberanía fiscal de Cataluña, una de las regiones más ricas de España«. Citando a un exministro socialista, The Economist asegura que esta concesión a los republicanos es «una reforma constitucional por la puerta de atrás».
El «club de fans» de Sánchez
The Economist recuerda también los casos de presunta corrupción que rodean al Gobierno de Sánchez y hace hincapié en lo relativo a su mujer, Begoña Gómez, de la que «muchos se preguntan cómo obtuvo puestos universitarios para los que obviamente no está cualificada». Y critica que Sánchez «sometió a los españoles a un periodo de reflexión de cinco días solo para mantenerse en el cargo» cuando estalló este escándalo.
La revista, no obstante, considera que el líder del PSOE «no está en peligro inminente» porque PP y VOX carecen de los apoyos necesarios para sacar adelante una moción de censura. Y aunque algunos socialistas destacados se han mostrado en contra de las concesiones al separatismo, «Sánchez tiene un control férreo sobre su partido, que se parece a un club de fans«.
The Economist, finalmente, considera que el mayor problema de Sánchez es el separatismo, sobre todo el catalán, pues, para mantener su apoyo, ha tomado decisiones como la de «debilitar el Código Penal». Y recuerda que aprobó la Ley de Amnistía incluso con el rechazo de la Comisión de Venecia y «sin mucho debate público». «El presidente no inventó la fragmentación política que hace que el país sea tan difícil de gobernar», concluye The Economist, «podría argumentar que está adaptando el sistema político a las realidades cambiantes, especialmente en Cataluña. Otros ven un cambio hacia una confederación mal definida, y un retoque táctico mientras el país se desplaza».