El próximo domingo 29 de octubre, los ciudadanos de España y Cataluña deberán ajustar sus relojes al horario de invierno, una medida que se repite cada año para aprovechar mejor las horas de luz durante los meses más fríos. A las 03:00 horas, el reloj se retrasará una hora, volviendo a marcar las 02:00 horas. Esto permitirá que las mañanas sean más luminosas, pero también que anochezca antes.
¿Por qué se realiza el cambio de horario?
El cambio al horario de invierno tiene sus raíces en la Directiva Europea 2000/84/CE, que establece la obligatoriedad de modificar los horarios dos veces al año con el fin de aprovechar mejor la luz solar. Esta medida no es una imposición del franquismo, como muchos piensan. De hecho, el cambio estacional de hora comenzó a adoptarse de forma regular en España en 1918, durante la Primera Guerra Mundial, como parte de un esfuerzo global para ahorrar energía.
La confusión surge porque en 1940, durante la dictadura de Franco, España adoptó el horario central europeo (CET), alineándose con la Alemania nazi. Sin embargo, este cambio no está relacionado con el ajuste estacional de los relojes, sino con una decisión política de la época. El cambio horario estacional que conocemos hoy quedó consolidado en los años 70, durante la crisis del petróleo, como una medida para optimizar el consumo energético.
Beneficios del cambio de horario
Uno de los principales argumentos a favor del cambio al horario de invierno es la eficiencia energética. Al alinear mejor las horas de luz natural con las horas de actividad laboral, se reduce el consumo de electricidad, especialmente en iluminación. Además, el cambio puede tener efectos positivos en la salud, ya que al amanecer más temprano, los ritmos biológicos de muchas personas se ajustan mejor al ciclo natural de luz y oscuridad, lo que puede favorecer la calidad del sueño y mejorar el estado de ánimo.
Inconvenientes para los ciudadanos
No obstante, no todo son ventajas. Retrasar una hora los relojes significa que anochecerá más temprano, lo que puede afectar negativamente a sectores como el comercio y la hostelería, ya que la reducción de horas de luz en la tarde puede influir en la actividad económica. También, algunas personas pueden experimentar alteraciones en su ritmo circadiano, provocando efectos como cansancio, irritabilidad o problemas de sueño en los días posteriores al cambio.
¿Seguirá habiendo cambios de horario en el futuro?
En los últimos años, ha habido un debate sobre la posibilidad de eliminar los cambios de horario en la Unión Europea. En 2019, el Parlamento Europeo votó a favor de poner fin a esta práctica, pero la medida aún no ha sido implementada. Países como España y Cataluña se encuentran a la espera de una decisión coordinada a nivel europeo. Hasta entonces, seguiremos ajustando los relojes cada octubre y marzo.