El año 2023, según los datos provisionales publicados por el INE, se notificaron 626 defunciones por suicidio y autolesión de personas residentes en Cataluña, lo que representa una tasa estandarizada de 9,1 muertos por cada 100.000 habitantes, un 2% menos que el año anterior. En los últimos años, Cataluña continua presentando una tasa de suicidio inferior a la del resto de España.
La tasa de 9,1 por 100.000 habitantes continúa siendo superior a la registrada antes de la pandemia de COVID-19, pero en 2023 se observa «la primera reducción de la tasa de mortalidad por suicidio respecto a los años 20123 y 2022, cuando se alcanzaron los máximos de los últimos 10 años», según ha informado el departamento de Salut en un comunicado. En la misma nota se señala que la mortalidad por suicidio ha oscilado en los últimos años y se destaca «el 20% de descenso de defunciones en mujeres de entre 15 y 29 años». El grupo demográfico con mayor tasa de mortalidad por suicidio es el de hombres mayores de 65 años, con 18,2 muertos por cada 100.000 habitantes.
Estos datos se han dado a conocer este viernes en la jornada La prevención del suicidio: un compromiso de todos, que ha tenido lugar en el salón de actos del departamento de Salut, con la asistencia de más de 200 profesionales de diferentes ámbitos y la inauguración a cargo de la consellera Olga Pané. La jornada, organizada con motivo de la celebración del Día Mundial de la Prevención del Suicidio el próximo 10 de septiembre, tiene el objetivo de «escuchar voces expertas de diferentes departamentos de la Generalitat así como de asociaciones y fundaciones, con la finalidad de compartir experiencias, aprendizajes y estrategias que permitan avanzar en la detección precoz, el abordaje y el apoyo a las personas afectadas».
A través de la implementación del primer Plan de prevención del suicidio de Cataluña 2021-2025 (PLAPRESC), la Generalitat de Cataluña trabaja con el doble objetivo de reducir, para 2030, la tasa de intentos y muertes por suicidio en más de un 15% y reducir el estigma social. Por ello, desde el PLAPRESC, Salud coordina diversas acciones para evitar muertes por suicidio a través de la prevención y la detección precoz, abordando las conductas suicidas de forma transversal. Durante la jornada de hoy, Diego Palao, coordinador del PLAPRESC, ha dado a conocer algunas cifras muy significativas en esta línea.
Código Riesgo Suicidio
El Código Riesgo Suicidio (CRS) es el proceso asistencial que define las actuaciones para el cribado y valoración clínica del riesgo de suicidio, así como la coordinación entre centros sanitarios. En casos de riesgo moderado o elevado, mediante la activación del código, se establece una vía de atención y vinculación urgente de la persona afectada a un Centro de Salud Mental (CSM), donde el tiempo promedio de espera es de tres días en centros infantiles y juveniles y de 8 días en centros de adultos. En los CSM, los pacientes reciben atención especializada ambulatoria y seguimiento longitudinal preventivo.
En la evaluación del riesgo y el abordaje asistencial, es especialmente relevante considerar si el paciente consulta por ideas de muerte o suicidio antes de realizar cualquier acto, o si se trata de un superviviente tras un intento.
En el año 2023, según los datos expuestos en la jornada, se realizó el cribado CRS en 8.123 casos atendidos por conductas suicidas, un 7% más en comparación con el año anterior. El incremento de casos atendidos en el marco del Código Riesgo Suicidio no se ha reflejado en un incremento similar en mortalidad. A la espera de investigación científica que explore este fenómeno, se apunta la hipótesis de una mejor capacidad de detección de conductas suicidas y de las actuaciones de prevención.
Concretamente, se registraron 4.108 episodios por intento de suicidio en el Código Riesgo Suicidio (CRS), suponiendo 52 intentos no letales por cada 100.000 habitantes (11,25 diarios). El 68% de estos intentos fueron de mujeres (2.800 casos), destacando especialmente la tasa en chicas de 15 a 29 años (176,3 x 100.000 hab.). No obstante, en el grupo poblacional de mujeres se observa una disminución del 5% respecto al año 2022. En los hombres, en cambio, se observa un aumento del 7% respecto al 2022, con un total de 1.308 intentos, 34 de ellos en menores de 15 años.
Asimismo, en el caso de las 4.015 ideaciones registradas en 2023, se observa un aumento en la tasa de estos episodios de comunicaciones y verbalizaciones de ideación suicida (51 episodios por 100.000 habitantes). Esta capacidad de detección precoz antes de que se realice un intento o tentativa real permite a los equipos clínicos actuar de manera más preventiva y efectiva.
En cuanto al año 2024, con datos provisionales del primer semestre, se han registrado en conjunto 1.751 episodios de ideación y 1.487 episodios de intento. Por segundo semestre consecutivo, se consolida una mayor prevalencia de episodios de ideación.
Las activaciones
En 2023, se confirmó clínicamente la necesidad de un seguimiento preventivo en 7.300 casos de los 8.123 atendidos (90% de activaciones del código respecto al total de episodios). En 3.607 de estos casos, se valoró clínicamente un riesgo alto de tentativa en el momento de la atención. Los principales factores de riesgo presentes en este cribado son los sentimientos de desesperanza y los eventos vitales estresantes.
Considerando el conjunto de casos atendidos en los últimos 5 años (2019-2023), se ha observado que en un 4,7% de los casos atendidos por ideación suicida se registra un intento en CRS en los 6 meses posteriores a la actuación. Al mismo tiempo, en CRS se observa una segunda tentativa a los 6 meses en un 7,8% de los casos atendidos previamente por un primer intento.
Según estudios científicos de referencia, se calcula que por cada suicidio hay entre 10 y 30 intentos, y que por cada suicidio en la adolescencia esta cifra aumenta hasta entre 100 y 200 intentos. Por cada muerte por suicidio, se ven afectadas entre 6 y 10 familiares y amigos cercanos, pero el impacto real se extiende a un círculo social mucho más amplio, afectando en promedio a 135 personas conocidas.
Entidades implicadas
La jornada ha contado con las aportaciones de representantes de tres entidades: Cecília Borràs, presidenta de la Asociación de Supervivientes Después del Suicidio (DSAS); Sergi Garcia, director técnico y de formación de la Fundación Ayuda y Esperanza y coordinador del servicio del Teléfono de Prevención del Suicidio; y Clara Rubio, presidenta de la Asociación Catalana para la Prevención del Suicidio (ACPS).
A través de la implementación del primer Plan de prevención del suicidio de Cataluña 2021-2025 (PLAPRESC), la Generalitat de Cataluña trabaja con el doble objetivo de reducir, para 2030, la tasa de intentos y muertes por suicidio en más de un 15% y reducir el estigma social. Por ello, desde el PLAPRESC, Salud coordina diversas acciones para evitar muertes por suicidio a través de la prevención y la detección precoz, abordando las conductas suicidas de forma transversal. Durante la jornada de hoy, Diego Palao, coordinador del PLAPRESC, ha dado a conocer algunas cifras muy significativas en esta línea.
