El líder de Junts y prófugo de la Justicia española, Carles Puigdemont, ha explicado en un artículo publicado en la edición europea de la revista Politico cómo logró escapar de España el pasado 8 de agosto. Una fuga que se produjo cuando estaba previsto que fuera detenido en el Parlament, donde se celebraba en ese momento la sesión de investidura del ya presidente Salvador Illa. «No había necesidad de esconderse en el maletero de un coche, como dicen que lo hice», ha señalado Puigdemont, «me senté en la parte trasera de un vehículo privado y me condujeron a través de la frontera entre el sur de Cataluña y el norte de Cataluña, que es administrativamente territorio francés».
En el mismo artículo, Puigdemont ha criticado la operación Jaula activada por los Mossos para encontrarle tras pronunciar un discurso en el Passeig de Lluís Companys aquella jornada. Una operación que, ha recordado, no se había activado en Cataluña desde los atentados yihadistas de agosto de 2017. «La Policía causó caos en toda Cataluña mientras trataba de arrestarme», ha relatado, «un miembro del Parlament, un diputado cuyo crimen era organizar un referéndum. No un terrorista o un traficante de armas, ni un asesino o un violador. La última vez que se orquestó una operación tan masiva en Cataluña fue hace exactamente siete años, bajo mi presidencia, y en la ocasión, se debió a los terribles ataques yihadistas en Barcelona y Cambrils».
Rendición ante la Justicia
Puigdemont ha acusado a los Mossos de no poder acceder al Parlament el 8 de agosto porque habían «acordonado la zona». Si hubiera intentado acceder a la Cámara autonómica, como dijo que haría, hubiera significado, ha asegurado ahora, «rendirme ante las autoridades judiciales, que creo que carecen de la autoridad legal para perseguirme ya que están violando las normas internacionales y la legislación aprobada por el Parlamento español».
«No regresé a Cataluña para ser detenido«, ha subrayado en Politico.eu, «volví a ejercer el derecho a resistir la opresión. Cuando un juez se niega a aplicar la ley democrática, esa es una forma de opresión, una que ningún demócrata debería tolerar». Y ha concluido su escrito asegurando que no volverá a Cataluña hasta que «los tribunales españoles y los jueces respeten» la Ley de Amnistía.