La reciente victoria de la selección española de futbol en la Eurocopa mostró, una vez más, que pese a décadas de ingeniería social nacionalista, una parte importante de los catalanes sigue identificándose con la simbología común. Además, las celebraciones que tuvieron lugar en Cataluña fueron muy mal digeridas por el nacionalismo, que se negó a felicitar a los deportistas catalanes que participaron en la victoria —así como, previamente, se habían negado a colocar pantallas gigantes para seguir los partidos en la calle—. Sin embargo, el acuerdo recién salido del horno entre PSC y ERC para investir a Salvador Illa evidencia que el nacionalismo se ha tomado la revancha en cuestiones deportivas.
Así, según ha desvelado Marta Vilalta, secretaria general adjunta y mano derecha de Marta Rovira, en sendas entrevistas en Catalunya Radio y RAC1, el acuerdo incluye el reconocimiento de «selecciones deportivas catalanas», una antigua reivindicación secesionista a la que los socialistas catalanes siempre se habían opuesto. Según ha explicado Vilalta, esta secesión deportiva se gestionará mediante la «voluntad de las federaciones». Asimismo, ha informado de que el Govern presidido por Illa dispondrá de una oficina para coordinar todo lo relacionado con dichas selecciones nacionales.