Desde que el año pasado se aprobase el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso —plegándose así el Ejecutivo socialista a las exigencias de sus socios separatistas— son diversos los parlamentarios nacionalistas que hacen uso en el hemiciclo de las lenguas regionales. Sin embargo, algunos, como el republicano Gabriel Rufián, usa mayoritariamente el castellano —idioma en el que, han señalado algunos, se expresa mejor—. El hecho no ha pasado desapercibido a sus correligionarios, que han criticado su conducta lingüística. Entre ellos, se cuenta uno tan conocido y polémico como el exvicepresidente de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira.
«Durante 13 años he procurado no pronunciarme sobre temas partidistas, pero pudiendo hablar en catalán en el Congreso de Diputados, ¿por qué motivos ERC opta por no hacerlo? Ésta es la política lingüística q defiende hoy y para mañana? ¿Todos lo ven bien?», reprochó ayer el histórico dirigente republicano en la red social X —antes conocida como Twitter— coincidiendo con la intervención de Rufián. El dardo de Carod-Rovira tiene lugar en un momento delicado para las filas republicanas, después de que el viceconseller de Estrategia y Comunicación Sergi Sabrià haya dimitido tras el escándalo de los carteles fake contra Ernest Maragall.