Hasta hace pocos meses, el número siete me traía a la mente conceptos plenos, trascendentales. No sólo en lo espiritual: la narración de la Creación en siete días, los siete arcángeles, los siete dones del Espíritu Santo, los siete Sacramentos; sino tambien óptimos y edificantes en lo humano: quién no se ha inspirado leyendo a Holly Goldberg Sloan en su mil veces traducido libro Contar de siete en siete en el que ponía nombre a mucho de lo mejor que tiene el ser humano.
Hasta hace pocos meses, el siete hacía honor a su hondo y espiritual significado de totalidad, (70 veces siete) y de perfección (el Universo). Sin embargo, por obra y gracia del Sr. Presidente del Gobierno, el número siete ha pasado a ser la antinomia de lo anterior: la ruindad, la mezquindad, el chantaje, el filibusterismo, lo deleznable, lo indigno, lo infame, lo innoble …..
Sufrimos los siete los votos que fueron moneda de cambio para una investidura que mancilló a la mayoría de españoles (de izquierdas y de derechas); pero, como mal menor, pensamos que una legislatura podía ser efímera, o como máximo de cuatro años.
La sentencia exoneró de culpabilidad a la exministra y exconsejera, a pesar de que había sido condenada por corrupción por el TSJA y el Tribunal Supremo
De nuevo por obra y gracia del Sr. Presidente del Gobierno, el número siete corroe el arquitrabe de nuestro Estado de Derecho y, por desgracia, en esta ocasión, puede durar mucho más que una escueta legislatura. El 19 de junio conocí la Sentencia del Tribunal Constitucional que absolvió por siete votos a favor y cuatro en contra a Magdalena Alvarez (ex ministra del Gobierno) de los delitos de corrupción continuada por el despojo de más de 800 millones de euros de los presupuestos de Andalucía en el conocido como caso ERE o el caso del “fondo de réptiles”. Tambien en esa fecha pude leer el contenido de los votos contrarios a la misma. Fueron cuatro votos que describieron la Sentencia como la que “ha devastado los límites de la jurisdicción constitucional”, “ ha ocasionado un daño institucional difícilmente reparable”, “consagrando un inexistente principio de irresponsabilidad de los miembros del gobierno”, “debilitando la persecución eficaz de los delitos de corrupción institucionalizada cometidos por el Gobierno o sus miembros“… ( el entrecomillado es literal)
La Sentencia exoneró de culpabilidad a la exministra y ex consejera de Andalucía, a pesar de que había sido condenada por corrupción por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y por el propio Tribunal Supremo. Como abogado he de confesar que esa Sentencia del Tribunal Constitucional me ha escandalizado por su inmoralidad y afrenta a nuestro Estado de Derecho pues a lo largo de nuestra rica democracia disfrutada desde 1978 nunca había leído en unos votos particulares calificativos de tamaña rotundidad y angustia: “devastado”, “irresponsabilidad”, “corrupción institucionalizada del Gobierno”…
Pero, si bien me escandalicé el pasado 19 de junio, durante esta verbena me he quemado con la hoguera que esos siete magistrados del Constitucional están ya prendiendo para socavar del todo el principio de separación de poderes que durante mas de cuarenta años ha armado una Constitución consensuada y respetada.
Está suplantando las funciones de enjuiciamiento ordinario atribuido al TS y a las Audiencias por un indigno vasallaje de conveniencia política
En un absoluto exceso de jurisdicción (otra vez esos magistrados del Constitucional) el número siete está imponiendo su oportunidad política a la evidencia de la Ley penal. Está suplantando las funciones de enjuiciamiento ordinario atribuido al Tribunal Supremo y a las Audiencias, por un indigno vasallaje de conveniencia política. Ayer se hizo público que de aquí nada este número siete va a absolver al resto de los encausados en el caso ERE aplicándoles ese nuevo principio de irresponsabilidad para los miembros del Gobierno. ¡Que no se preocupen! Los sres. Griñán, Chaves y todo el séquito que utilizó ese fondo de reptiles para comprar voluntades ( amen de prostitutas , cigalas y otros mariscos), ya pueden dormir tranquilos. Han vuelto a hacerlo. Han creado una nueva Memoria Histórica. El caso ERE nunca existió.
Por desgracia, este escándalo sólo es un soplo que atiza aún más la permanente indignación que sufrimos una inmensa mayoría de ciudadanos. ¿Cómo podemos respetar a un Presidente de Gobierno que 15 días antes de que Conde-Pumpido, su presidente en el Tribunal Constitucional, firmase esa Sentencia sobre Magdalena Álvarez, ya estuviera jaleándola en el mitin de Benalmádena junto a su esposa Begoña? .
¿Cómo podemos respetar a un Presidente del Gobierno que ha esculpido en el friso de la altanería y engreimiento esa frase de “¿de quién depende la fiscalía? .. pues eso … ” ! siga manteniendo a día de hoy a un Fiscal General del Estado cuyas decisiones han tenido que ser anuladas ya en dos ocasiones (una por desviación de poder), y que además está en el centro de una investigación abierta por un Juzgado por un delito de revelación de secretos castigado en el artículo 198 del Código Penal con penas de tres a cinco años de cárcel e inhabilitación de seis a doce años para cargo público?
Como ciudadanos, ¿seremos capaces de movilizarnos para que la separación de poderes continúe presente en nuestra Democracia?
¿Cómo podemos respetar a su vez a este Fiscal General del Estado que, cuando pone a votación en el Consejo Fiscal su informe sobre la aplicación de la amnistía, para poder ganarla -19 contra 17-, tiene que usar el voto de Dolores Delgado, la antigua Fiscal General que lo importó para el cargo, cuya capacidad para votar en ese Consejo ha sido anulada en Sentencia firme por el Tribunal Supremo, y tiene además que usar los votos telemáticos de dos ausentes? ¡Menuda chapuza de votación!!!
¿Cómo podemos respetar al Sr. Presidente del Gobierno que, jugando con la Constitución, con las Leyes Orgánicas y con el Congreso de los Diputados, acaba de colar una enmienda en la Ley de Paridad ( entenderán que no es el sitio idóneo dada su nula conexión con la materia tratada) para modificar la Ley Orgánica de control por el Senado del techo de gasto?
¿Cómo podemos respetar a quién amenaza a todo lo que queda del CGPJ para condicionar que entre los 21 miembros que lo componen ( tres veces siete) aparezcan tantos descarados acólitos como ya ha asentado en el Tribunal Constitucional?
Hoy se está negociando entre el PSOE y el PP la modificación de la LO 6/1985 de 1 de julio del Poder Judicial, en cuanto a la forma de elección de sus miembros ( art 567). Bienvenido sea el acuerdo, ¡ojalá los sufridos miembros del CGPJ, sean escuchados en sus ruegos!, pero como ciudadanos ¿seremos capaces de movilizarnos para que la separación de poderes continúe presente en nuestra Democracia, o nos tendremos que seguir rindiendo a la autocracia sanchista que nos rodea??
¡¡¡Nos están haciendo un siete!!!