El lingüista Javier Pérez López ha denunciado en varias ocasiones que las políticas lingüísticas nacionalistas, que tratan de vetar el castellano en el espacio público, promueven la intransigencia entre parte de la población catalanohablante. Y casos como el acontecido ayer parecen apuntalar la tesis. Numerosos usuarios de redes sociales se mostraron indignados por el hecho de que se hayan organizado unos cursos de español dirigidos a mujeres inmigrantes recién llegadas a Cataluña. Especialmente, las quejas ponen el acento en que se trata de una iniciativa de la conselleria de Igualdad y Feminismo de la Generalitat de Cataluña.
Así, los usuarios ultra consideran que este hecho muestra la voluntad de las instituciones de «exterminar el catalán», dado que la «lengua de integración» debe ser el catalán y nunca el castellano. Las protestas han motivado la reacción del lobby secesionista Plataforma per la Llengua, conocido por organizar escraches contra comercios que emplean el español y espiar en reiteradas ocasiones la lengua que emplean los escolares en el patio. El colectivo, autodenominado la ONG del catalán, respondió así al ciudadano que dio a conocer lo sucedido: «¡Buenos días! ¿Nos podrías hacer llegar a través de nuestro espacio de defensa de derechos lingüísticos? Anotaremos el caso y haremos seguimiento para esclarecerlo! ¡Gracias por defender la lengua».