La Unión Europea vuelve a mostrar indiferencia con respecto a la oficialidad del catalán. El asunto, una de las promesas de Gobierno de Pedro Sánchez a sus socios separatistas a cambio de su apoyo a la investidura, ha sido ignorado de nuevo en la reunión celebrada ayer del Consejo de Asuntos Generales en Bruselas, el órgano encargado de debatir sobre el particular. Así, en el orden del día constaban cuestiones como Ucrania, seguridad y defensa, competitividad, relaciones exteriores y el próximo ciclo institucional, pero el régimen lingüístico de la UE ni siquiera constaba en la agenda.
Pese a todo, el secretario de Estado para la UE del Ejecutivo español, Fernando Sampedro, ha rechazado fijar «plazos» y se ha mostrado «muy optimista» sobre la viabilidad de la medida, pues, en sus conversaciones con sus socios europeos, «cada vez hay más retornos positivos». Según Sampedro, en el resto de Europa han entendido finalmente que la «diversidad lingüística» forma parte de la «identidad nacional». Sin embargo, la indiferencia de los miembros europeos al respecto es persistente: recordemos que, la última vez que el asunto figuraba en el orden del día —el 19 de marzo— y España defendió su necesidad, el resto de socios ni siquiera consideraron necesario opinar sobre la cuestión