El escenario de cara a las elecciones que se celebran el próximo domingo en Cataluña es ciertamente confuso. Quienes tienen posibilidad de gobernar, es decir, el PSC y las formaciones separatistas tradicionales insinúan acuerdos que posteriormente niegan. A la vez, todas las encuestas publicadas hasta este lunes indican que habrá un nuevo actor en la Cámara autonómica y que, además, podría ser determinante a la hora de que los independentistas mantengan el poder. Se trata de Aliança Catalana, la formación separatista y ultraderechista liderada por Silvia Orriols que, según los sondeos, podría obtener unos tres diputados. Escaños que podrían ser clave para que Junts y ERC tuvieran la mayoría necesaria para gobernar.
Sin embargo, tanto el partido liderado por Carles Puigdemont como el de Pere Aragonés han rubricado este miércoles un acuerdo con el PSC, la CUP y los comunes para no llegar a ningún tipo de pacto con Orriols. Tampoco lo harán con los diputados de Vox. El acuerdo lleva por título Declaración contra el racismo y la extrema derecha de las candidaturas a las elecciones del 12 de mayo de 2024 y ha sido promovido por Unitat contra el Feixisme i el Racisme (UCFR). En su primer punto, el acuerdo establece que los partidos firmantes no aceptarán «ni por acción ni por omisión los votos de ninguna formación de extrema derecha para conformar una eventual mayoría de investidura ni, evidentemente, de gobierno».
Sin colaboración en el Parlament
En su segundo punto, los partidos se comprometen a «impedir la presencia de la extrema derecha en la Mesa del Parlament, las mesas de las comisiones, en la coordinación de los intergrupos y en los grupos de trabajo». Además, buscarán fórmulas para evitar que Vox y Aliança Catalana puedan participar en los nombramientos que puede realizar la Generalitat en entidades como la Sindicatura de Greuges o el Consell Audiovisual.
«No normalizaremos ni legitimaremos la acción política de formaciones de extrema derecha», indica el tercer punto del acuerdo, «por eso no suscribiremos ninguna iniciativa parlamentaria conjunta con estas formaciones y evitaremos que prosperen sus iniciativas». El acuerdo, finalmente, contempla que cada partido designe un diputado «de máximo nivel» para participar en la comisión de seguimiento del mismo. Todo ello con el objetivo de «limitar la capacidad de la extrema derecha de abusar de los espacios democráticos para fomentar el odio y minar la propia democracia».
Cerrar el paso a la gente común
El líder de Vox, Santiago Abascal, que se encuentra en Cataluña para acompañar al candidato Ignacio Garriga en el tramo final de la campaña, ha asegurado sobre este cordón sanitario que se trata de un acuerdo para «cerrar el paso a la gente común y humilde, que padece lo que no padecen los dirigentes políticos, muchos de ellos viven muy cómodamente».
Orriols indignada
La líder de Aliança Catalana, Silvia Orriols, ha señalado, por su parte, que votar a los firmantes de este acuerdo es apoyar «a quienes normalizan el velo islámico y los golpes de porra del Primero de Octubre». En un mensaje publicado en X y dirigido a Junts y a Carles Puigdemont, además, les ha recriminado firmar este cordón sanitario con «el PSOE del 155 y de la cal viva».