Difícil lo tiene el pancatalanismo para convencer a los residentes en Baleares de que son catalanes y no españoles. Sin embargo, a través de la educación, de los medios de comunicación y de la política, y desde hace décadas, se ha ido imponiendo el uso del catalán en la sociedad. Así, resulta totalmente imposible escolarizar a los alumnos en el sistema público en otra lengua que no sea la catalana. Una lengua que es rechazada por cada vez más castellanohablantes y a la que le ha surgido un sorprendente competidor: la Acadèmi de Sa Llengo Baléà, que acaba de recibir el título de «real» por parte de la Casa Real.
Esta concesión ha hecho estallar a numerosos separatistas, que consideran que Felipe VI no es quien para poner coto a su pretensión de convertir en realidad la quimera de los Países Catalanes. Así, el Consell de la República, la asociación con la que Carles Puigdemont lleva varios años intentando tutelar al Govern, ha emitido este jueves un comunicado en el que muestra su rechazo al título argumentando que «Felipe VI no tiene ninguna legitimidad para otorgar el calificativo ‘real’ a s’Academi de sa Llengo Baléà». Y añade que esta entidad «no reconoce la unidad de la lengua catalana, trabaja para la división y la separación de la comunidad lingüística y promueve una ortografía y un léxico fuera de la normativa establecida, que está reconocida por toda la comunidad científica internacional».
Ante lo sucedido, la asociación de Puigdemont exige a Felipe VI que rectifique y que haga públicos los informes con los que se ha decidido otorgar el título a esta peculiar entidad: «Exigimos conocer cuáles son las fuentes que informan y asesoran al rey español en cuestiones lingüísticas y que afectan a una de las lenguas del Estado español ya que todo indica que solo responden a la voluntad política histórica de una dinastía que siempre ha tenido como objetivo la persecución y destrucción de la lengua catalana».