Mientras el socialista Pedro Sánchez, bautizado por algunos medios extranjeros como «drama King», reflexiona sobre si sigue o no al frente del Gobierno de España, uno de sus principales apoyos, Junts, aprovecha el momento para lanzarle una seria amenaza. Y es que la posconvergencia aprovechará cualquier momento de debilidad del Ejecutivo estatal para beneficiarse. Así, el candidato de Junts, el prófugo Carles Puigdemont, ha anunciado este viernes que si Sánchez no accede a ceder a Cataluña la gestión de todos los tributos, ya se puede ir olvidando de que los siete diputados de esta formación en el Congreso apoyen a su gobierno o voten a favor de sus próximos presupuestos.
No ha sido esta la única amenaza de Puigdemont, inmerso ya en la campaña electoral para las elecciones autonómicas del próximo 12 de mayo. El candidato de Junts también ha afirmado que si España no invierte lo que toca en Cataluña, esta comunidad autónoma también «dejará de pagar» su parte.
Gestión catalana de la inmigración
En lo que a inmigración se refiere, Puigdemont ha acusado al Estado de que «Cataluña no pueda controlar nada». Sobre esta cuestión, el líder de Junts ha subrayado que este es un problema que se debe resolver «entre todos», que hay que hablar «de derechos y de deberes» y de «lengua catalana». «Es una política nacional«, ha afirmado y ha añadido que no vale «ni jugar ni criminalizar». «Queremos asumir la máxima responsabilidad», ha señalado, «y ser nosotros los que gestionemos esto. No es una responsabilidad cómoda. Hay gente que prefiere quitarse de encima esta responsabilidad y hacer grande el problema o negarlo. Pero, de cualquier manera, que lo solucione España. No, nosotros queremos hablar y queremos tener discurso sobre este fenómeno y tener una respuesta catalana, una regulación catalana».