Casi todas las encuestas pronostican un resultado preocupante: que EH Bildu podría haber sido la primera fuerza política en el País Vasco. Finalmente ha sido segunda fuerza pero empatando escaños con el PNV. Ahora todo el foco mediático se centrará en Catalunya.
Como decía Platón, nada sucede por casualidad y menos en política. Estamos ante un primer síntoma de la normalización institucional que se ha llevado a cabo por parte del Gobierno socialista y de sus socios de una fuerza política cuyas raíces entroncan con la herencia del terrorismo de ETA. Un pasado que da la sensación de que cada vez es más difícil de recordar porque a los partidos nacionalistas en general y al PNV en particular no le ha interesado. Pero hay mucho más: si analizamos el voto, lo que realmente más llama la atención y lo más preocupante es que los más jóvenes apuestan por EH Bildu.
Según la encuesta del CIS, el 36% de los votantes entre 18 y 24 años t votarían al partido de Arnaldo Otegi en las elecciones del País Vasco de este domingo 21 de abril. La gran mayoría de los jóvenes desconocen la historia porque en sus colegios no les han enseñado quién es Miguel Ángel Blanco. Ni quién es José Antonio Ortega Lara, que estuvo secuestrado en un zulo de 3 metros de largo por 2,5 de ancho y 1,8 de altura más de 500 días.
Y por eso el nacionalismo e independentismo suman 54 diputados, dos más que hace cuatro años, lo que representa el 72% del parlamento vasco
No se ha hablado en los colegios de los años duros de ETA donde políticos, periodistas y policías morían todos los días por defender la libertad. De cuántas familias tuvieron que irse de sus pueblos o ciudades porque les amenazaban con matarlos o secuestrarlos. Pero de otras etapas históricas como la guerra civil o el franquismo no tengo ninguna duda de que sí. Esa ha sido (y es) la política educativa que ha llevado a cabo el PNV con la complicidad del PSPV. Y por eso el nacionalismo e independentismo (PNV y EH Bildu) suman 54 diputados, dos más que hace cuatro años, lo que representa el 72% del parlamento vasco. O el 67,7% en términos porcentuales.
Al desconocimiento en general de la historia que tienen las generaciones que emergen, se suma el lavado de cara que ha hecho Bildu estos años: ha pasado de ser una izquierda radical y minoritaria a aparentar ser la izquierda friendly y no dar miedo a las generaciones emergentes. Y por eso se ha quedado a menos de 30.000 votos de la primera fuerza política (concretamente 28.819 votos menos que el PNV). ETA ha conseguido lo que quería, que era estar en las instituciones. Y ahora, están más cerca que nunca de gobernarlas.