Analistas como Steven Forti han considerado que Junts per Catalunya es un partido con signos concomitantes con la extrema derecha —recordemos que expresidentes como Pujol o Torra han dado sobradas muestras de xenofobia en su vertiente antiespañola: el primero llamó «hombre destruido» al andaluz y el segundo «bestias taradas» a los catalanes castellanohablantes—. Sin embargo, no son percibidos mayoritariamente como una formación de ultraderecha, sino como un partido nacionalista, denominación que gran parte de los medios y los electores siguen emparentando con el progresismo. Ello explica que Puigdemont haya podido señalar sin aparente contradicción que no piensa pactar con la «extrema derecha» o la «ultraderecha».
Así lo ha dicho en una entrevista en el canal 3/24, en el que ha respondido a la petición del candidato socialista Salvador Illa de aclarar si pactarán o no con alguna formación considerada de extrema derecha separatista como Aliança Catalana. «Nunca», ha precisado Puigdemont. Y ha abundado: «Me gustaría que Salvador Illa fuese tan claro cuando hable de Vox, porque yo le he visto votar con Vox en el Parlamento Europeo la retirada de mi inmunidad, por ejemplo». En cuanto a Alhora, el partido de Ponsatí y Graupera, ha declarado: «Si soy un defensor de la unidad, precisamente lo que no haré será estar contento cuando hay mucha más oferta cultural que ayuda a fragmentar la opción independentista».