Uno de los motivos que espoleó el procés fue la mejoría económica que supuestamente acarrearía la secesión catalana. Sin embargo, como es sabido, la tensión política que produjo el desafío separatista se saldó con la fuga de casi 5.000 empresas, la mayoría de las cuales se asentaron en Madrid. Y aunque muchos piensan que la hemorragia ya se atajó, el goteo continúa: este primer trimestre de 2024, la marcha de sedes empresariales no ha cesado. Así, según el Colegio de Registradores, el saldo entre entradas y salidas fue de 84, siendo 175 las compañías que se establecieron en la comunidad y 259 las que se marcharon.
Por el contrario, la Comunidad de Madrid, durante el mismo periodo, arrojó un saldo positivo: 151. Y es que, aunque se marcharon 424, llegaron 575. Después de Cataluña, las comunidades con mayor saldo negativo son Andalucia y País Vasco: 31 en ambos casos. Los expertos que analizaron la marcha de empresas catalanas en 2017 vaticinaron que éstas no regresarían. Los motivos son que las compañías encuentran arraigo en el territorio de destino y que regresar a su lugar de origen mandaría un mensaje de inestabilidad a los inversores. Por otro lado, la amenaza de Junts de imponer una sanción a las empresas que no retornen no ha hecho sino reafirmarlas en su decisión, según los analistas.