Aunque el castellano está vetado desde hace décadas como lengua vehicular en la llamada Escola Catalana —ni siquiera los tribunales han conseguido revertir la situación, pues la Generalitat desoye las sentencias y el Gobierno central no la obliga a cumplirlas—, para el ultranacionalismo aún no es suficiente. Es el caso del partido de Clara Ponsatí y Jordi Grupera, Ahora, cuya campaña para los próximas elecciones del 12M se está basando principalmente en la cuestión lingüística. Así, el partido ultra propone que el catalán sea impuesto también en el patio y el comedor, de manera que la única lengua que se escucha en la escuela sea la lengua de Pompeu Fabra.
La formula para llevarlo a cabo es crear una doble red de escuelas. Una de ellas sería 100% en catalán, incluyendo comedor y patio. Ésta sería de nueva creación, pues es la única forma según la formación de que pueda garantizarse una inmersión granítica, sin fisuras —y es que, según Alhora, en los centros públicos actuales no se cumple el monolingüismo en catalán que ellos desean. La otra red consistiría en la existente, a la que sometería a un plan de control para lograr que, en el futuro, también allí se «cumpliese» la inmersión exclusiva en catalán —esto es, incluyendo comedor y patio—