Si todo va según lo previsto, cinco partidos separatistas concurrirán a las elecciones autonómicas del próximo 12 de mayo. Solo dos de ellos, Junts y ERC, tienen garantizada la participación. El resto, Aliança Catalana, Alhora y Solidaritat (SI), se encuentran ahora mismo inmersos en el proceso de recogida de firmas para poder presentar candidaturas a unos comicios en los que todo el mundo da por hecho que el PSC se alzará con la victoria pero que será el independentismo el que, de nuevo, vuelva a tener en sus manos la Generalitat.
Si alguno de ellos puede poner en un brete al separatismo oficial, sobre todo a Carles Puigdemont, es Aliança Catalana, la formación liderada por la ultra Silvia Orriols, hoy alcaldesa de Ripoll y que, de obtener las firmas necesarias, será la número 1 de esta candidatura de extrema derecha separatista. Orriols basa su discurso en el rechazo a la inmigración ilegal, la independencia unilateral, la imposición absoluta del catalán y la defensa a ultranza del sector primario. Su principal adversario no es el Estado español sino lo que llama el procesismo y al que desprecia profundamente.
Movimiento de salvación nacional
La última encuesta publicada por Electomanía da a esta formación un 2,2% de los votos, con lo que no entraría en el Parlament. Sin embargo, en casos como el de Aliança Catalana el voto oculto lo marca todo y hay quienes no descartan que pueda entrar en la Cámara autonómica con un par o tres de diputados. Escaños que arrebataría, muy probablemente, a Junts. Orriols se refiere a los partidos tradicionales como «empresas de colocación que defienden agresivamente y con beligerancia su posición en el mercado». Habla de la independencia como un movimiento de «salvación». Y defiende la necesidad de «fronteras» para luchar contra la inmigración. Su discurso es, indudablemente, muy similar al de Vox. Y, como la formación de Santiago Abascal, sus militantes lo tienen difícil a la hora de exponer sus ideas en la calle. En los últimos días, han sido víctima de varios ataques en las paradas en las que intentan recoger las firmas necesarias para poder llevar a Orriols hasta el Parlament. Incluso, en municipios como Platja d’Aro, gobernado por el PSC, ha sido la Policía Local la que, según la formación, ha intentado impedir que puedan obtener estos avales.
Dos viejos conocidos de la política catalana
Alhora es la formación creada por Clara Ponsatí y Jordi Graupera con la intención de concurrir a los comicios autonómicos. La primera es eurodiputada, compañera de fatigas de Carles Puigdemont en la fuga de España y firme partidaria de la declaración unilateral de independencia. Ponsatí era consellera de Educación cuando se celebró el referéndum ilegal de octubre de 2017 y lleva tiempo desmarcándose del discurso de Junts en favor de un separatismo mucho más radical. Graupera, por su parte, siempre se ha movido en el entorno de la extinta Convergència. Ha sido colaborador de entidades como la Fundació CatDem, implicada en el escándalo de la financiación ilegal de CDC, y de la Fundació Catalunya Oberta. No es la primera vez que intenta hacerse hueco en la política. Fue candidato al Ayuntamiento de Barcelona con la formación Barcelona és Capital y previamente había intentado activar un partido bajo el nombre de Primàries, con el pretendía aunar a todo el separatismo en algo parecido a la famosa lista cívica de la ANC. Los partidos oficiales le dieron la espalda y no obtuvo la representación deseada. En la órbita de Alhora se mueven personajes ya conocidos por los catalanes y que hasta hace no tanto tiempo defendían con uñas y dientes a Puigdemont. Entre otros, destacan Lluís Llach, el actor Joel Joan o el ex líder de Podemos en Cataluña, Albano-Dante Fachín.
Alhora basa su programa en seis puntos, entre los que destacan el plan de choque para la lengua, la aprobación de una ley electoral catalana y lo que llaman «la revuelta por la independencia». En este último apartado, la formación de Ponsatí y Graupera asegura que la crisis más importante que padece Cataluña es su ocupación por parte de España». Y añade: «Hay que poner las instituciones al servicio de la revuelta democrática demostrando que el país se puede gobernar a sí mismo, controlar el orden público y anunciar al mundo que se ha convertido en soberano». Partidarios de poner a los Mossos «al servicio» del proyecto separatista, su fórmula para llegar a la ruptura con España es, como se suele decir, más de lo mismo.
De la mano de la iniciativa legislativa popular
Solidaritat (SI) es el tercer partido que busca ahora firmas para poder obtener representación en el Parlament. En su día, lo consiguió con Joan Laporta al frente pero aquello acabó como un esperpento. Ahora, Solidaritat se ha dado a conocer de nuevo como el promotor de la iniciativa legislativa popular que tiene como objetivo que la Cámara autonómica declare la independencia unilateral. Liderado hoy por David Folch, Solidaritat (SI) nació en 2010 de la mano de Uriel Beltrán, Alfons López Tena y Laporta. En aquella convocatoria electoral logró cuatro diputados defendiendo únicamente la declaración de independencia.