El INE publicó el 26 de marzo la Nota de prensa y Anexo de Tablas de la Contabilidad Nacional Trimestral (CNTR) con las cifras de las principales macromagnitudes, rentas y empleo del cuarto trimestre de 2023 que revisan las avanzadas en las correspondientes Nota de prensa y Anexo de tablas, publicadas por el INE el pasado 30 de enero. La verdad es que me ha sorprendido que, en esta ocasión, el INE no haya modificado ninguna tasa de crecimiento (intertrimestral e interanual) del PIB entre el avance de enero y la estimación de finales de marzo, lo que otorga al INE una robustez insólita en el mundo de la estadística de Cuentas Nacionales. Asimismo, me ha sorprendido (es una forma de hablar) la cálida recepción que ha recibido en algunos medios de comunicación la confirmación de que el índice de volumen del PIB (a precios constantes o en términos reales en la jerga macroeconómica) creció 2,51 % en 2023.
Estamos ante apreciaciones claramente alineadas con la valoración reiterada una y otra vez por el presidente Sánchez para resumir gráficamente la situación: “La economía española va como una moto”. El País, por ejemplo, sacaba pecho por el gobierno anunciando que “la economía española creció un 2,5% el año pasado pese a la ralentización europea y las subidas de tipos”, si bien reconocía en tipografía algo más pequeña que el avance en “un 0,6 % en el último trimestre [se obtuvo] gracias a la acumulación de inventarios y el consumo público, según el INE”. El titular de La Vanguardia, por su parte, confirmaba el alza del 2,5 % del PIB en 2023 y recogía la valoración de Cuerpo, ministro de Economía, quien subrayaba que “frente a las predicciones catastrofistas y los relatos sesgados, las cifras son incontestables”. Por no hablar de El Periódico que subraya que el PIB creció cinco veces por encima de la media de la zona euro. ¿De veras va como una moto nuestra economía?
Veamos qué dicen los datos
Las columnas segunda y tercera en el Cuadro 1 muestra las variaciones intertrimestrales e interanuales, respectivamente, de las principales variables macroeconómicas en el cuarto trimestre de 2024 y la última columna la variación anual de los cuatro trimestres de 2023 sobre los de 2022. Como puede observarse, la variación intertrimestral del PIB se situó en 0,58 % y la interanual en 2,02 % para completar un aumento del PIB de 2,51% en los cuatro trimestres de 2023. Hay varios hechos que me gustaría destacar. Primero, la Demanda Nacional en el cuarto trimestres de 2023 creció 2,15 % algo más que el PIB (2,02 %) impulsada por el fuerte crecimiento del Gasto en Consumo de las AA. PP. (4,07 %) y de los Hogares e ISFLSH 2,29 %, siendo la aportación de la Formación Bruta de Capital nula (-0,05 %). El fuerte carácter expansivo del gasto de las AA. PP., 3,76 %. se deja sentir también en el conjunto del año, siendo en este caso, la Formación Bruta de Capital negativa (-0,42 %) y el crecimiento de la Demanda Nacional (1,70%) inferior al del PIB (2,51%).
Cuadro 1. PIB: variaciones intertrimestrales e interanuales T42023 y variación anual 2023
La segunda observación se refiere al papel de la Demanda Externa y dentro de ella el Gasto de no Residentes en el Territorio Económico (GNRTE), o, dicho más coloquialmente, gasto de los turistas extranjeros. Si bien en el T42023 la aportación resultó negativa (-0,13), para el conjunto del año fue positiva y sumó 0,81 puntos porcentuales al PIN, lo que supone 32,27 % del crecimiento del PIB (2,51 %). Destaca dentro de las exportaciones de servicios el fuerte crecimiento interanual del GNRTE tanto en el T42023, 20,77 %, como en el conjunto de 2023, 19,36%. Obviamente, con unas exportaciones de bienes que han decrecido (-1,46 %) y unas importaciones que han decrecido también pero menos (-0,27 %), la aportación positiva del sector exterior obedece exclusivamente al auge del turismo.
Mirando algo más atrás
El Gráfico 1 muestra la variación interanual del PIB desde el cuarto trimestre de 2011 (T42011) hasta el cuarto trimestre de 2023 (T42023). Como puede observarse desde finales de 2013 en que la economía española recobró el pulso, las tasas interanuales de crecimiento fueron superiores e incluso bastante superiores a 2,5 % hasta el segundo trimestre de 2018 en que Sánchez ganó la moción de censura y se convirtió en presidente. Durante sus años como presidente tras ganar las elecciones generales en 2019 y estar en condiciones de aprobar unos presupuestos propios, la tasa de crecimiento registró una profunda caída en el primer semestre de 2020 a causa de la pandemia, a la que siguió una recuperación lenta e irregular. En síntesis, el PIB de la economía española aumentó tan sólo 2,86 % desde el cuarto trimestre de 2019 hasta el cuarto trimestre de 2023, esto es, en cuatro años completos. Ustedes mismos pueden juzgar si la economía española va como una moto o está casi parada.
Gráfico 1. Variación interanual T42011 a T42023
Pero no se trata de la única razón que debería llevar al gobierno de Sánchez a ser algo más modesto y no atribuirse méritos que, en el mejor de los casos, no corresponden a la gestión desarrollada por el equipo económico de Sánchez. Como el lector puede comprobar en el Gráfico 2, el gobierno de España recibió 37.037 millones de fondos de la UE entre el segundo semestre de 2021 y octubre de 2023 que según sus propias estimaciones distribuyó en su totalidad. Pues bien, empleando el PIB medio, 1.343.519 millones, de los tres últimos años (2021-2023), la inyección directa de fondos europeos equivale a 2,76 puntos porcentuales del PIB. Como, además, esos fondos tienen efectos indirectos e inducidos en otros sectores de la economía distintos a los que reciben los fondos, la conclusión a que llegamos es que el crecimiento de la economía española durante los últimos cuatro años, 2,86 %, habría sido insignificante o incluso negativo en ausencia de esos fondos, 2,75 % del PIB, a pesar de la fortísima recuperación registrada por las exportaciones turísticas en 2022 y 2023.
Gráfico 1. Entradas y salidas de caja Plan de Recuperación S22021-S22023
Hay motos y motocicletas averiadas
Muchos líderes europeos se preguntarán con razón si detrás del mayor crecimiento de la economía española no están los cerca de 40.000 millones que la UE ha regalado al gobierno de España y Sánchez está utilizando para blanquear su pésima gestión de la economía durante la pandemia (véase mi libro Covid-19: la Gran Decepción publicado en 2023) y su mediocre gestión de la postpandemia, fondos europeo quiero recordar obtenidos pidiendo dinero prestado en los mercados cuya devolución tendrán que afrontar todos los países europeos solidariamente. Se suponía, además, que esos fondos Nueva Generación UE iban a destinarse a fortalecer la economía española con inversiones que la hicieran más resiliente y competitiva, pero como hemos visto en el Cuadro 1, la Formación Bruta de Capital disminuyó 0,46 % en 2023 y las exportaciones de bienes cayeron 1,46 %. En lugar de ello, están estimulando el crecimiento del gasto corriente de las AA. PP. incluso con fines electorales.
Puede incluso afirmarse que la llegada de los fondos europeos no ha servido siquiera para acelerar la reducción del déficit público no financiero que, según la IGAE, se situó en 53.159 millones en 2023, equivalente a 3,64% del PIB. Seguimos, por tanto, incumpliendo el criterio de déficit excesivo de la UE (véase mi artículo “Las nuevas ‘reglas’ fiscales de la UE: un mal acuerdo”, Consejeros, enero 2024), y acumulando deuda pública para mayor gloria de un gobierno empeñando en gastar más y aumentar las cotizaciones sociales y los impuestos a las menguantes clases medias. La conclusión a que llegamos es que la economía española ha registrado desde finales de 2019 un crecimiento muy escaso, pese a las favorables circunstancias creadas por el elevado crecimiento del turismo en 2022 y 2023 y la llegada de fondos europeos a partir del segundo semestre de 2021. Poco, por no decir nada, de lo conseguido cabe atribuirlo a la gestión del equipo económico del gobierno de Sánchez.