El nacionalismo sigue radicalizándose en cuestiones lingüísticas. La entidad ultra Plataforma per la Llengua, conocida por espiar la lengua de los escolares en el patio y organizar escraches contra los comercios que atienden en castellano, coloca ahora en el punto de mira al Salón de la Enseñanza, celebrado del pasado 13 al 17 de marzo. A su juicio, en el evento se habla demasiado en castellano en detrimento del catalán, por lo que ha exigido a la Fira, como organizadora del evento, y a la propia Generalitat que tome cartas en el asunto. Su propuesta, según cuenta en un comunicado, es imponer «requisitos lingüísticos a los expositores y que los hagan cumplir».
Y es que, según su estudio, mientras el año pasado el 11% de los stands «no tenían todos los folletos en catalán y el 15% lo excluían de partes de la rotulación, este año el porcentaje ha crecido hasta el 46,2% y al 35,3%, respectivamente». Asimismo, la autodenominado ONG del catalán —que recibe cuantiosas subvenciones de la Generalitat y de ayuntamientos gobernados por la izquierda catalanista— estima intolerable que el 47,3% de los stands de la Fira atendiese a los visitantes en castellano. Por este motivo, la entidad urge a imponer requisitos lingüisticos a los stands para evitar un entorno más «castellanizado» de lo deseable.