Pese a los intentos del nacionalismo y parte de la izquierda para desvirtuarlo, el informe de la UE sobre el sistema escolar catalán —que exige el fin de la inmersión lingüística y que considera discurso de odio la presión contra las familias castellanohablantes— ha salido adelante en la votación de la Eurocámara celebrada hoy. El informe pide el mismo trato para el catalán y el castellano «en las horas de enseñanza y curriculares» y que no se discrimine a ningún alumno por tener el castellano como lengua principal. Asimismo, hace un «llamamiento a las autoridades catalanas para que no obstaculicen la ejecución de esta sentencia».
Por otra parte, alertan que que el monolingüismo obligatorio en catalán «impide a las familias que se trasladan a Cataluña estudiar en castellano, lengua oficial, lo que afecta a sus derechos y restringe sus opciones de búsqueda de empleo en su propio país». También, que ocasiona «graves disfunciones para los alumnos con necesidades especiales cuya lengua materna es el castellano». «Y Europa exige el fin de la inmersión lingüística, el fin de la discriminación a los alumnos castellanohablantes. Después de seis años de trabajo la queja de AEB consigue su objetivo. Gracias a todos los que nos han apoyado y lo han hecho posible», ha valorado la AEB.