Secretaria de Organización del PP y diputada en el Congreso, Cuca Gamarra (Logroño, 1974), la número 2 de Alberto Núñez Feijóo, afronta ahora mismo el reto de poner en marcha la maquinaria del partido ante la sorpresiva convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña. Lo hace, asegura, teniendo claro que el PP es la única formación que puede en esta comunidad autónoma «liderar al constitucionalismo». Gamarra no desvela en su charla con elliberal.cat quién será el candidato popular al Parlament y, sobre el actual número 1 de la formación en Cataluña, Alejandro Fernández, se limita a señalar que serán los órganos internos del partido los que decidan. Deja claro, eso sí, que el PP no va a contar con Inés Arrimadas ni para la campaña ni como candidata. Y es que, recuerda, «ella dio un paso al lado y está fuera de la vida política».
El viernes se vivió una escena muy esperpéntica cuando el ministro de Justicia, Félix Bolaños, anunció que la ley de amnistía pactada por el PSOE con Junts y ERC tiene el aval completo de la Comisión de Venecia y este organismo, que depende de la Comisión Europea, dio a conocer un dictamen que cuestiona seriamente el texto. ¿Qué está pasando?
Con el sanchismo todo vale por permanecer en el poder. Y la mentira como instrumento para mantenerse la llevamos viviendo durante los cinco últimos años. Con Pedro Sánchez y sus ministros todo es mentira. Los españoles recordamos muy bien aquello de «con Bildu no pactaré, cuántas veces quiere que se lo repita». Les ha entregado hasta el Ayuntamiento de Pamplona. También recordamos aquello de que no dormiría tranquilo si metía a Podemos en su gobierno y no solo lo hizo sino que, además, los hizo vicepresidentes. Y así una y otra vez. La Comisión de Venecia ha dado un varapalo importante al Gobierno y ha dejado muy claro que esta ley de amnistía no responde a un objetivo de convivencia sino de conveniencia. La conveniencia de tener a cambio de la impunidad, que rompe la separación de poderes y los principios democráticos, conseguir mantenerte en el poder.
Vamos de escándalo en escándalo a nivel nacional. Puigdemont nos gobierna desde Waterloo, Aragonés convoca elecciones porque no puede sacar adelante los presupuestos, dos horas después Moncloa anuncia que renuncia a los presupuestos de 2024… En 2018, Sánchez exigía a Rajoy convocar elecciones si no podía aprobar los Presupuestos Generales del Estado. El ciudadano se pierde ya ante tanta información grave. ¿Cuál es el problema?
Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. Sánchez sabe perfectamente que ha comprado la investidura. La ha comprado a cambio de la impunidad de un grupo de políticos. Hablamos de una casta política que está al margen de la ley porque Sánchez depende de ellos. Ha dependido para la investidura pero no ha comprado la gobernabilidad. Y los independentistas no tienen ningún interés en que España sea gobernable. La quieren inestable y debilitada porque su objetivo es destruirla. Esto no sería posible sin la complicidad de Pedro Sánchez, que está dispuesto a ello con tal de ser presidente del Gobierno de España, con tal de estar en La Moncloa. Evidentemente, sin los instrumentos, sin la estabilidad y sin el respaldo parlamentario no va a poder gobernar. Pero eso a él no le importa. Llegó a decirle a sus votantes que la amnistía era necesaria porque eso garantizaría unos Presupuestos Generales del Estado, con lo cual él gobernaría y mejoraría con una mayoría que él llama progresista el futuro de nuestro país. Y, al final, hay amnistía para una casta política y los españoles se han quedado sin Presupuestos Generales del Estado, que para muchos era la contrapartida que les decía que iban a conseguir. Ni eso. Reitero, los independentistas no quieren a Pedro Sánchez por su valía. Lo quieren por su debilidad. En el momento en el que ellos más débiles estaban, con estos siete votos, lo que consiguen es manejar los hilos de este país manejando como un títere a Pedro Sánchez. Pero es que él se deja con tal de saciar su ambición.
¿Nadie en el entorno de Sánchez conoce la realidad del entorno de Cataluña? Aragonés tuvo que romper con Junts porque le estaban volviendo loco.
Lo que pasa es que da lo mismo. Conocer eso significaría que existe el PSOE y el sanchismo ha devorado al PSOE. Lo ha convertido en el partido sanchista, el partido que se mueve al ritmo de los intereses de Pedro Sánchez. Claro que se ve lo que va a pasar. Pero si ellos pueden permanecer un día más en el Gobierno de España, les da lo mismo. Lo que hacen es evitar la alternancia que el 23 de julio votaron los españoles. Los españoles no votaron la amnistía. Hubo un engaño. Él dijo que no lo haría, incluso en el cierre de campaña. El 24 de julio todo cambió porque él lo necesitaba para permanecer en el poder. Los españoles esto lo ven y lo saben y estoy convencida de que, cuando puedan volver a mostrar su opinión en las urnas, Sánchez no será el presidente de todos los españoles.
La convocatoria electoral catalana ha pillado por sorpresa a todos. ¿Cómo afronta el PP esta campaña?
Con mucha responsabilidad y, sobre todo, teniendo muy claro que el PP es el único partido que puede liderar en Cataluña al constitucionalismo y que puede ser el refugio de todos aquellos que se han visto muy defraudados por el PSC y por Salvador Illa. El PSC se ha convertido en un independentista más. Ha cruzado el puente para situarse en ese lado y hacer que el independentismo esté más fuerte que nunca. Así que afrontamos la campaña sabiendo que somos más necesarios que nunca y que vamos a estar a la altura de lo que el constitucionalismo necesita. Ningún catalán tiene porqué sentirse huérfano ni menos catalán que otros. Y hay un partido que es el PP que representa todo eso.
Se habla de un posible pacto entre PP y Ciudadanos.
Estamos manteniendo conversaciones con un partido que tiene representación en el Parlament de Cataluña. Lo normal es hablar entre partidos y más cuando se produce un adelanto electoral que no estaba previsto por parte de nadie. Es bueno que entre las fuerzas políticas pueda existir comunicación y pueda existir diálogo.
¿De dónde sale la idea de recuperar a Inés Arrimadas como imagen del constitucionalismo? La mayoría de los constitucionalistas catalanes no quieren su regreso.
Inés Arrimadas dio un paso a un lado y está fuera de la vida política, así que eso no va a suceder. Creo que es algo que se ha publicado pero que nunca ha estado en la mesa.
También se ha publicado que el PP baraja la posibilidad de recuperar a Dolors Montserrat como candidata.
Se barajan muchas cosas. La verdad es que hay una convocatoria electoral y nosotros tenemos nuestros procedimientos internos. Como secretaria general estos procedimientos merecen todos mis respetos y tengo la obligación y la responsabilidad de defenderlos. Será en esos procesos donde determinaremos y elegiremos un proyecto para Cataluña y para los catalanes. Los catalanes no tienen por qué resignarse a la parálisis y al retroceso en el que están sumidos. Todo lo contrario. Tampoco tienen que resignarse a políticos que solo aspiran a la independencia y no a la mejora de su día a día. Tienen una sequía que los está asfixiando y no han tenido un gobierno que haya invertido para poder afrontarla. Tienen una economía que podría ser muy abierta, dinámica y con muchísimo crecimiento pero que se está quedando atrás. Si cogemos las listas de espera o la sanidad, los catalanes no tiene por qué ver cómo la atención sanitaria no es una preocupación de su gobierno. Y lo mismo con la educación. No tienen por qué estar sometidos a la imposición lingüística en lugar de a una educación que facilite los mejores niveles para sus jóvenes.
¿Qué pasará con Alejandro Fernández?
Son cuestiones que afrontaremos en los próximos días en el marco de todo lo que tiene que ver con este proceso electoral. Lo decidirán los órganos internos.