Nuevo episodio de xenofobia lingüística por parte del nacionalismo catalán. Jordi Cerdà, excolaborador de Ràdio Estel, ha relatado en redes sociales el trauma experimentado al comprobar en una fiesta infantil a la que asistió que los niños allí presentes se expresaban mayoritariamente en castellano —lengua oficial y materna de más de la mitad de los catalanes—: «Salgo de una fiesta infantil. No sé cómo definir lo que he vivido, pero tenía la sensación de estar en Venezuela, Bolivia o Ecuador». Ni siquiera he oído castellano estándar. He hablado una vez en catalán y las miradas de estupor de los asistentes han sido desagradables. Se ha hecho el silencio».
El controvertido post ha cosechado un millar de likes desde su publicación. Sin embargo, también le ha valido el reproche de, por ejemplo, el periodista de La Vanguardia, Víctor Amela, que le ha recomendado lo siguiente: «Adáptate». Por otra parte, el colectivo de docentes Plis Educación le ha contestado: «Reparar la lavadora, solucionar un atasco o cuidar a su anciana madre… sin ellos no sería posible. No hay catalanohablantes para cubrir puestos de trabajo. Prosperidad, caída de natalidad e inmigración van unidas. No le dé vueltas».