La frágil mayoría del Gobierno de Pedro Sánchez puede saltar por los aires tras el estallido del caso Koldo y la decisión del exministro José Luis Ábalos de no dimitir como diputado y pasarse al Grupo Mixto. Los nervios en el PSOE son más que evidentes. Sobre todo tras saber que la Fiscalía europea ha entrado de lleno en la investigación del caso de las mascarillas, que, de momento, afecta a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y a ministros como Víctor Torres, entre otros. Tras conocer este martes la postura de Ábalos, la formación no ha dudado en exigirle que mantenga la disciplina de voto hasta que tramite su expulsión del partido. Algo sobre lo que existen serias dudas.
Mientras tanto, son cada vez más los que piensan que los siete votos de los diputados de Junts podrían estar hoy más en el aire que nunca. No tanto por la posible corrupción como por la estrategia de marcar territorio de cara a la próxima convocatoria electoral en Cataluña, que tendrá lugar, si todo va según lo previsto, el año que viene. Si bien es cierto que no tendría sentido que los de Carles Puigdemont pudieran pactar una moción de censura con el PP y Vox en estos momentos, no lo es menos que Sánchez puede tener serias dificultades para aprobar, por ejemplo, los Presupuestos Generales del Estado si estos dependen de Junts y de un Ábalos que, a la hora de anunciar que se pasaba al Grupo Mixto, ha tirado contra el Gobierno más de un dardo.