En la Generalitat aún están intentando digerir el impacto del informe de los expertos de la UE, que tras visitar varios escuelas catalanas exigieron que se impartiese también castellano y percibieron «discurso de odio» contra los catalanes castellanohablantes. Desde entonces, han sido múltiples los intentos del Govern por desacreditar dicha misión, a la que consideran «manipulada» y que forme parte de «cruzada catalanófoba» de los populares. Por su parte, Junts aseguró que la misión suponía una «grave mancha en el prestigio de la UE».
En esta misma línea, la Generalitat ha enviado una carta a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, alertándola de que el PP ha hecho un uso «partidista» de la misión sobre la inmersión en el comité e Peticiones de la Eurocámara. Según la consejera de Acción Exterior, Meritxell Serrret, la presidente del comité y eurodiputada del PP, Dolors Montserrat, «ha utilizado esta petición en favor de sus intereses personales», alertando de que «la controversia surgida por la gestión de esta petición pone en riesgo la reputación» y la «credibilidad» de las instituciones europeas.