El separatismo continúa su plan para extender el monolingüismo en catalán. El último capítulo de este empeño se ha producido ahora en Sant Pere de Torelló, municipio de la comarca barcelonesa de Osona. Allí, el alcalde, el republicano Jordi Fàbrega ha anunciado que el consistorio ha extendido la Concejalía de Cultura creando el área de «Lengua y catalanidad». En un vídeo publicado en redes sociales justifica la iniciativa en que si los catalanes siguen cambiando de lengua cuando alguien se dirige a ellos en castellano, «el catalán acabará desapareciendo».
Así, entre la nuevas medidas adoptadas, se cuenta el reparto de 600 pegatinas con el lema «CAT» para los vehículos de la zona y 300 que rezan «En catalán, por favor». «Necesitamos el compromiso de todos», detalla Fàbrega en la cinta. «Estamos comprometidos con el país, con nuestra nación: Cataluña», señala también. Asimismo, aclara que adherir la pegatina CAT a la matricula del vehículo «no está prohibido». Actualmente, la localidad de Sant Pere de Torelló alberga a 2.500 habitantes, lo que significa que se han distribuido pegatinas identitarias para un tercio de la población.