La decisión de Junts de tumbar la ley de amnistía por no incluir los delitos de terrorismo se ha granjeado la oposición de parte del separatismo, tanto fuera como dentro de su partido. En la formación, la discrepancia más notoria ha sido la del exconsejero de Interior Miquel Sàmper, que dirigió una carta a la formación neoconvergenta para darse de baja y así mostrar su divergencia ante la estrategia maximalista de Junts. Por su parte, la Generalitat, en manos de ERC, también ha arreciado las críticas contra los de Puigemont, acusándolos ayer mismo de haber «dejado familias destrozadas» con su voto negativo a la medida de gracia.
«Tenemos que ser conscientes de que el martes había 1.200 personas, 1.200 familias, que habían estado absolutamente pendientes de esto y yo coincidí con algunas que estaban absolutamente destrozadas», afirmó el viceconsejoro de Estrategia y Comunicación de la Generalitat, Sergi Sabrià en una entrevista en RTVE. Por una parte, ha recordado que inminente juicios al procés podrían haberse evitado de haber aprobado ya la norma. Por otro, ha tildado de «ingenuos» a los neoconvergentes al pensar que no habría jueces que intentasen encontrar grietas en la ley: «La ley puede ser muy robusta, pero no se puede blindar». Siendo así, recomendó actuar caso a caso, sin descartar reformar el delito de terrorismo en el futuro.