Unas 70.000 personas se han dado cita este domingo en la madrileña Plaza de España para, convocadas por el PP, volver a mostrar su rechazo a la ley de amnistía pactada entre el PSOE de Pedro Sánchez y el prófugo Carles Puigdemont, líder de Junts. Una protesta en la que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha dejado claro que la formación presentará batalla «hasta el final». «Este Gobierno», ha asegurado, «tendrá un final más pronto que tarde y trabajaremos lo que sea necesario para su final democrático».
Entre gritos de «presidente, presidente», Núñez Feijóo ha denunciado que las supuestas «líneas rojas» del PSOE «solo sirven para subrayar lo siguiente que cederá». «Lo importante», ha advertido el líder del PP, «es reprobar la mentira, que nadie sea más que nadie, que este país tenga la calidad democrática que ha tenido en los últimos 50 años». Por ello, ha pedido a los mayores que se impliquen y que «no consientan que se rompa su obra». También ha exigido a los ciudadanos que no caigan en las provocaciones de socialistas y separatistas y a los trabajadores que «no permitan» que una parte de sus salarios se destinen a financiar la desigualdad.
Un pueblo que «se resistió y se rebeló»
Núñez Feijóo, acompañado de los expresidentes Mariano Rajoy y José María Aznar y de todos los presidentes del PP de comunidades autónomas, ha acusado a Sánchez y al PSOE de «poner en venta España» y ha asegurado que «pase lo que pase, en esa misma página de la historia, estará un pueblo que se resistió, se rebeló y superó este paréntesis». Algo que sucederá, ha añadido, «en los ayuntamientos, en las comunidades autónomas, en el Congreso, en el Senado, en la Justicia y en la calle«.
Junto a Núñez Feijóo, han intervenido durante la protesta la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde de la capital española, José Luis Martínez Almeida. La primera ha denunciado que «la España de Sánchez» tiene como principales características la persecución de los jueces, el desprecio a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y la reescritura de la Historia. El primer, edil, por su parte, ha dejado claro que «los terroristas tienen que estar en la cárcel».