No puede decirse que la Generalitat se haya quedado quieta tras los pésimos resultados obtenidos por los alumnos catalanes en en el informe PISA de 2022, que no solo muestra que Cataluña está a la cola de España, sino también de Europa. Sin embargo, todo indica que los planes para enderezar la situación pasan por insistir en las mismas recetas —esto es, principalmente, la exclusión del castellano como lengua vehicular en la escuela catalana, lo que contraviene los consejos de todos los organismos internacionales, que apuestan por la inclusión de la lengua materna para facilitar el aprendizaje—.
Así, la primera medida fue designar a una «comisión de expertos» para evaluar y tratar de solventar el sombrío paisaje dibujado por PISA. Dicha comisión estaba compuesta por directivos de marcado sesgo político y conocidos por su férrea defensa del monolingüismo en catalán —por ejemplo, el coordinador es el presidente del Consell Escolar, Jesus Vinyas, ex conseller nacional de ERC—. Pues bien, ahora el Govern acaba de colocar al frente del consejo de evalución de la Enseñanza a Joan Cuevas, un polítologo secesionista fuertemente politizado y en parte responsable de la situación actual. Y es que Cuevas no solo luce un lazo amarillo en su perfil de X —donde ha publicado duras diatribas contra España— es director general de innovación educativa y es exresponsable de la Fundación Bofill —cuyo predicamento en Educación ha sido notorio—.