Una vez más, el nacionalismo atribuye la culpa a España de un hecho que no le es grato. La Generalitat responsabilizó ayer al Gobierno central de que la Unión Europea haya aplazado el debate sobre la oficialidad del catalán en la Eurocámara. Y ello a pesar de que ha sido Bélgica, que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la Ue, la que ha descartado abordar este asunto en la próxima reunión del Consejo de Asuntos Generales. Sin embargo, para Francesc Xavier Vila, que dicha carpeta haya sido aparcada se debe a Madrid, porque es a quien le corresponde el «trabajo de preparación técnica».
«Hay que ponerse aún más las pilas», señaló Vila en una rueda de prensa, instando al Ejecutivo socialista a «presentar todos los informes» y en multiplicar las conversaciones con los Estados miembros de la UE. Por otra parte, Vila también ha avisado a un grupo de expertos del Consejo de Europa de los «incumplimientos» del Estado español con respecto a la protección del catalán en los ámbitos judiciales y educativos —a pesar de que, como es sabido, el sistema de inmersión lingüística vigente desde hace décadas en Cataluña veta al castellano como lengua vehicular, siendo el catalán la única lengua de aprendizaje—.