Este miércoles 10 de enero el Congreso de los Diputados ha protagonizado su sesión más vergonzosa. El Gobierno presentaba 3 Reales Decretos-Leyes para su convalidación, sin haberse tomado la molestia de negociarlos antes con sus aliados de investidura. Junts le salió respondón y hasta el final de la mañana parecía que sus 7 diputados votarían en contra. Al borde del precipicio, Bolaños/Cerdán y Nogueras/Puigdemont entraron en una negociación agónica y contra reloj en la que Junts consiguió arrancar ocho contraprestaciones a cambio de su abstención/ausencia. Así se pudo convalidar:
*el Real Decreto-Ley 6/2023 de 19 de diciembre, sobre Justicia y Función Pública, necesario para recibir fondos europeos, y
*el Real Decreto-Ley 8/2023 de 27 de diciembre, de medidas económicas y fiscales: subida de pensiones, IVA de la luz y alimentos, ayudas al transporte…
Ambas normas se aprobaron por la mínima: 172 votos a favor y 171 en contra. Atención: el voto canario fue decisivo.
En cambio, el Real Decreto-Ley 7/2023 de 19 de diciembre, sobre el subsidio a desempleados, no fue convalidado pues votaron en contra los 5 diputados de Podemos. En venganza contra Yolanda, que tendrá que sentarse con ellos, para desatascar esto. Otro frente a cubrir.
Las contraprestaciones arrancadas por Junts se refieren a ocho temas: inmigración, blindar la amnistía, balanzas fiscales, regreso de empresas a Cataluña, coste del transporte, IVA del aceite, régimen local y digitalización de la Justicia.
Ni el Gobierno ni el PSOE han facilitado un documento explicativo de los acuerdos alcanzados con Junts. Es increíble. Sabemos algo gracias a lo publicado por Junts y a las matizaciones posteriores de algunos ministros. De momento, todo resulta muy difuso. Y se está transmitiendo el mensaje de que lo cedido no es para tanto. Hay mucha improvisación de último minuto por ambas partes. Ya se irá viendo al entrar en detalles. Aunque parezca mentira, así es como se gobierna en el cuarto país de la UE.
Evidentemente, este esperpento no puede repetirse. El Gobierno tendrá que hablar antes con todos sus aliados, incluido Podemos. En todo caso, la legislatura va a ser un suplicio. Nos espera un período de alta inseguridad porque habrá chantaje permanente y nadie sabe hasta dónde está dispuesto a ceder el Sr. Sánchez. Y la inseguridad a la que nos condena tendrá su coste en términos de inversión y creación de empleo. A ver cuánto dura esto.
De las ocho contraprestaciones arrancadas por Junts vamos a fijarnos hoy en las Balanzas Fiscales.
LAS BALANZAS FISCALES
Junts dice que se ha acordado la publicación inmediata de los datos oficiales para calcular las balanzas fiscales.
El Gobierno matiza: Hacienda facilitará el acceso a los datos para elaborar las balanzas fiscales a todas las Comunidades Autónomas y Centros de investigación para que puedan aplicar su metodología y publicar sus conclusiones.
¿Qué son las balanzas fiscales? Poniendo el ejemplo de Cataluña, se trata de calcular los flujos financieros entre Cataluña y la Administración Central. Dicha Administración recauda en Cataluña unos impuestos (50% IRPF, 100% Sociedades, 50% IVA, 42% Impuestos especiales…) y unas cotizaciones sociales. Y paga unas prestaciones (pensiones, inversiones, seguridad, defensa, subvenciones, asuntos exteriores…). Además, hay unos fondos de compensación entre autonomías: unas aportan y otras reciben. Pues bien, elaborar la balanza fiscal de Cataluña implica calcular en euros lo que Cataluña aporta y lo que recibe de la Administración Central. Resulta así un saldo: superávit si recibe más de lo que aporta y déficit en caso contrario. Ese saldo se individualiza en euros per cápita dividiendo por la población.
Este es un tema técnicamente muy complicado. En algunos impuestos no es fácil imputar territorialmente lo recaudado. Por ejemplo, el IVA debe imputarse a la residencia del que realmente lo paga, que es el consumidor final. Tampoco es fácil territorializar los gastos y las inversiones. Y, dependiendo de la metodología que se adopte (carga-beneficio, flujo monetario) resultan datos muy dispares.
El independentismo catalán ha utilizado el tema de las balanzas fiscales como un mantra recurrente: Espanya ens roba. Según Puigdemont, Cataluña no tiene los recursos para atender las necesidades de sus ciudadanos porque sufre un déficit fiscal de 20.000 millones anuales. Esa es según él la diferencia entre lo que Cataluña aporta y lo que recibe de la Administración Central. Lo que le roba España.
Es seguro que los independentistas toquetearán las cifras para confirmar el déficit en torno a los 20.000 millones. Hay, y habrá, otros cálculos con resultados muy inferiores. En mi opinión, por aquí no se va a ningún sitio. Anotamos tres comentarios:
1.Es lógico que en las autonomías donde viven personas más ricas sea más lo que se aporta que lo que se recibe. Pasa lo contrario en las autonomías donde viven personas más pobres. Además de lógico, esto es justo porque responde a una mínima solidaridad interterritorial y al carácter redistributivo del sistema fiscal. Empeñarse en las balanzas fiscales ofrece insolidaridad.
2.Borrell y Llorach en su estudio “Las cuentas y los cuentos de laindependencia” (2015) calculan el déficit fiscal de Cataluña en 3.000 millones.
3.El último estudio serio sobre las balanzas fiscales es el de Ángel de la Fuente (FEDEA, 2019). Examina magnitudes medias del período 2011-2014. Y calcula el saldo de cada autonomía en euros per cápita. Resulta lo siguiente:
a)Las autonomías con mayor superávit son País Vasco y Navarra. Efectivamente: aportan muy poco (el cupo anual vasco es irrisorio: 1.468 millones) y reciben mucho. Si todas las autonomías tuvieran un Concierto como el vasco, el Estado no tendría ni para pagar el presupuesto de Defensa. El superávit per cápita del País Vasco es 2.194 euros anuales. En Navarra es 1.342 euros. También resulta superávit en Canarias: 1.234 euros per cápita.
b)Todas las autonomías ricas (salvo País Vasco y Navarra) tienen déficit: Valencia (702 euros de déficit per cápita), Madrid (247), Cataluña (207), Baleares (202)… Asombrosamente, Andalucía aparece también como perjudicada (con 358 euros de déficit per cápita).
De acuerdo con esto, el déficit fiscal de Cataluña podría estimarse en unos 1.550 millones anuales (cifras de 2014). Muy parecido al de Madrid.
Como hemos dicho, que las autonomías ricas tengan déficit es lógico y justo. Lo que resulta difícil de explicar es lo del País Vasco y Navarra. Y que Cataluña quiera algo parecido.