Una antigua queja del nacionalismo catalán es la de que Cataluña está infrafinanciada, que tuvo su traducción más populista en el lema España nos roba. Ahora, una de la cesiones que Junts per Cataluña ha conseguido del Ejecutivo de Sánchez podría servirles para demostrar tal tesis: la publicación de las balanzas fiscales. Esto es, la diferencia entre gastos e ingresos públicos en un determinado territorio. Sin embargo, Hacienda y el Gobierno han aclarado que ellos solo proporcionaran los datos, pero el cálculo quedará en manos del Govern —y del resto de comunidades autónomas—.
De momento, Hacienda no ha informado de en qué momento las cifras estarán disponibles. Sin embargo, todo hacer prever que la interpretación que realice la Generalitat de esas cifras demostrará el supuesto expolio fiscal tan denunciado por el nacionalismo. Recuérdese, si no, que la consellera de Economía, Natàlia Mas, calculó recientemente que a cierre de 2021 el déficit fiscal de Cataluña sobrepasaba los 20.000 millones. El sesgo en los cálculos nacionalistas fue desmontado por Josep Borrell y Joan Llorach en su libro Los cuentas y los cuentos de la independencia, que situó el déficit real de Cataluña en unos 3.000 millones.