Una campaña promovida por la Federació de Casals de Joves y la organización Energy Control ha levantado todas las alarmas en Cataluña. Se trata de una campaña que fomenta el consumo responsable de sustancias estupefacientes partiendo de la base de que es necesario reducir al máximo los riesgos en estas situaciones. La campaña se ha llevado a cabo a través del reparto de tarjetas similares a las de transportes y bajo el nombre de T-Drogues. En las mismas aparecen frases como «viajes ilimitados» y dan consejos como «pica bien lo que vayas a tomar para una experiencia más segura«. También se indica que es recomendable cambiar «de fosa nasal de vez en cuando», «limpiar con agua tibia o serum la nariz después de cada viaje» y se recuerda que los turulos, los instrumentos con los que se esnifan sustancias como la cocaína, son «de uso personal e intransferible».
La campaña ha generado todo tipo de críticas en redes sociales como X, donde el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, ha mostrado su estupefacción por una campaña que ha calificado de «despropósito» y «frivolidad».
Más contundente en su crítica ha sido el portavoz de Junts en el Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Martí, quien ha afirmado en un mensaje publicado en X que la campaña «es un hecho de una gravedad extrema» y ha exigido «una rectificación y la dimisión o cese del responsable político que lo ha permitido».
La guía de los casals de joves
Ni Energy Control ni la Federació de Casals de Joves han publicitado en sus webs o redes sociales esta campaña. Sin embargo, en la web de la federación sí es posible encontrar documentos relacionados con la prevención de riesgos en el consumo de sustancias estupefacientes. Así, por ejemplo, esta entidad cuenta con una guía de «recomendaciones y buenas prácticas» titulada Us de drogues al Casal. En el documento se admite que en las asambleas de estos casales se consumen sustancias estupefacientes siempre y cuando se haga «de forma consensuada». La guía «busca tratar el uso de sustancias, establecer estrategias de reducción de riesgos y luchar contra el estigma que padecen las personas consumidoras«.
Los autores de la guía indican que «las personas que usan drogas, a menudo sufren estigmatización» por lo que el casal debe ser «un espacio seguro para ellos, respetándoles y no juzgándoles por su consumo». También se señala en esta guía que «siempre ha de haber agua y ha de ser de acceso gratuito» en las barras instaladas por los casales en las fiestas en las que participan. Además, recomiendan «hablar con los proveedores o el ayuntamiento» para obtener «este recurso».
No quedan ahí los consejos pues se señala que «hay que reflexionar» sobre la manera en la que se debe abordar el consumo de estupefacientes en las fiestas, incluyendo el alcohol. «En las fiestas», añaden los autores del texto, «nos podemos encontrar situaciones imprevistas, pero si tenemos un posicionamiento claro es más fácil gestionarlas».